El arzobispo llamó a los fieles desde Zocodover «a salir de sí mismos»

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El arzobispo de Toledo les invitó a dejarse contagiar por «la alegría de la Resurrección» durante su alocución en el Arco de la Sangre. La bendición la realizó el cardenal Sarah

ADM | TOLEDO
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El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, invitó a los cristianos a experimentar «la fuerte llamada a salir de nosotros mismos», siguiendo el ejemplo de Cristo, desde su tradicional alocución a los fieles pronunciada frente al Arco de la Sangre, en la Plaza de Zocodover. Eran cerca de las 13,00 horas -la procesión avanzó inicialmente con cierto retraso, que luego se corrigió- cuando el prelado, acompañado por el cardenal guineano Robert Sarah, celebró el poder apreciar la «presencia gloriosa de Cristo en medio de su pueblo». Sus palabras, que tanto recordaban la imagen de Cristo entrando en Jerusalén, fueron dirigidas al fiel para dejarse contagiar por «la alegría de la Resurrección» y una exhortación para contribuir «a enseñar todo lo que Jesús nos ha mandado». Braulio Rodríguez Plaza mencionó la invocación de Cristo resucitado a las mujeres que acudían al Sepulcro: «No temáis», y el mensaje expresado a los discípulos en Galilea, para que predicaran su mensaje.
El arzobispo de Toledo expresó que «debemos acostumbrarnos a hacer que nuestras cosas cotidianas sean también cosas de Jesús», e invitó a mantener los ojos abiertos ante realidades como el sufrimiento de los jóvenes o la soledad de los ancianos.
Rodríguez Plaza, además, invitó a los fieles a no dejarse llevar únicamente por las manifestaciones materiales del hecho religioso: «Cristo en persona, no la Custodia, es la bendición del mundo».
Sus palabras finalizaron con una referencia a la Virgen, a la que el arzobispo de Toledo recomendó pedir «que nos acompañe al seguir a Cristo».
Después de la alocución tuvo lugar uno de los momentos más importantes de la jornada: la bendición de los miles de fieles que se congregaban en la plaza. Fue el cardenal Robert Sarah quien -algunos años después de que hiciera lo mismo su antecesor como prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares- sostuvo ante los fieles el Santísimo Sacramento. El prelado guineano asió el ostensorio de la gran Custodia de Arfe. Lo levantó sin tocarlo, como es tradición, sujetándolo envuelto en los pliegues de su capa. Al igual que el resto del gran conjunto de orfebrería de Enrique de Arfe, esta ‘custodia interior’ también ha sido recientemente restaurada.
Tras la bendición, acompañada, como es habitual, por el Aleluya del Mesías de Haendel, proyectado por megafonía en la Plaza de Zocodover, la Custodia reanudó su recorrido, acompañada por el resto de procesionantes, hacia la Calle Sillería.
ElArco de la Sangre, espacio de mayor entidad de la Plaza de Zocodover, toma su nombre de la Cofradía de la Sangre de Cristo, cuya imagen se conserva en el piso superior de la estructura.