El balón parado se convirtió en la espada de Damocles del Talavera. Ya lo comentó Fran Alcoy en la rueda de prensa posterior cuando dijo que sabían del potencial del rival en ese sentido. Tres de los cuatro goles llegaron en ese tipo de jugada, pillando en paños menores a la zaga de un conjunto blanquiazul que arrancó de forma inmejorable el encuentro pero que se terminó marchando sorprendentemente goleado. Ya toca pensar en el Guijuelo y aprender de los errores para seguir sumando. No caer en fallos que se conocen y que no se deben volver a cometer.