Compañeros de las niñas atropelladas les ofrecen un sentido homenaje

J.A.J./Fuensalida
-

Decenas de alumnos de los centros donde estudiaban Michelle, Nerea y Ana Raquel acuden al acto. Tres cipreses plantados en el patio del Instituto Aldebarán mantendrán su recuerdo

Los chicos siguieron con emoción contenida el acto de recuerdo a las tres muchachas fallecidas en el siniestro del pasado sábado. - Foto: David Pérez

jajuez@diariolatribuna.com

«Debo ser fuerte y continuar». El cantante británico Eric Clapton incluyó esta frase en una de sus canciones más conocidas ‘Tears in heaven’, que compuso en recuerdo a un hijo suyo fallecido en un fatal accidente. No ha sido casual que ésta fuera una de las canciones escogidas para que se oyera en el homenaje tributado en el Instituto Aldebarán de Fuensalida a Michelle, Nerea y Ana Raquel, las tres jóvenes fallecidas tras ser atropelladas en una carretera el pasado sábado. Decenas de alumnos de los centros donde estudiaban  han participado en este acto.

El tributo ofrecido a las chicas se desarrollaba al mediodía de ayer miércoles día 26 en el patio posterior del Instituto en el que estudiaba Nerea, con la presencia de sus compañeros y alumnos del colegio concertado San José, al que acudía Ana Raquel, y del colegio público Tomás Romojaro, donde Michelle estudiaba Sexto de Primaria. Los chavales formaron un círculo en el que se dio un lugar preeminente a las familias de las fallecidas y de otro muchacho que resultó herido en el siniestro. Docentes de estos centros y autoridades como el alcalde de Fuensalida, Mariano Alonso, siguieron  el memorial, reservado a allegados y comunidad escolar, con un respetuoso silencio.

testimonios contra el olvido. Los alumnos improvisaron una suerte de altar con fotos de las menores. En un atril, situado delante de los tres plantones de ciprés que luego quedaron colocados en el jardín del instituto como símbolo de que las tres muchachas no caerán en el olvido, una decena de compañeros de las tres jóvenes narraron los recuerdos que siempre conservarán de ellas. Una alumna rememoró el triste final. «Recuerdo la llamada de Nerea, cuando me dijo que si me iba con ellas de fiesta. Les dije que no. Al día siguiente, me llegó otra llamada», explicaba la muchacha narrando un hecho incomprensible por inesperado. Otro chico comentaba que aún no podía asimilar que «el último momento de risas -con las fallecidas- fuera ese viernes», víspera del accidente.

Otros testimonios de los chavales, alguno dicho entre sollozos,  incidieron en el carácter amigable y positivo que definía a las muchachas, que han dejado huella en quienes la conocieron en clase o en pandillas de conocidos. Una de las alocuciones terminaba con la frase que resumía el espíritu del homenaje. «Nunca os vamos a olvidar».

En el homenaje tampoco faltó una ceremonia religiosa. Un sacerdote se dirigió a los padres de las víctimas para asegurarles que, pese al carácter fúnebre del acto,  «las lágrimas son muestras de amor, de que se ha querido a vuestras hijas». El clérigo pidió que las oraciones por las chicas se rezarán con «el lenguaje del corazón» y sirvieran para que todos pudieran «dar gracias» por haber podido conocer a Michelle, Nerea y Ana Raquel.

Una suelta de globos blancos y rojos, estos últimos con forma de corazón, cerraron el acto entre los aplausos de los asistentes.