La defensa del Tajo no veranea

LT
-

La Plataforma reclama a la Junta de Comunidades que modifique su política del agua basada en aumentar el consumo y que descarte los nuevos regadíos

La Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo no descansa en agosto y ayer volvió a convocar una concentración de protesta a la que acudieron casi medio centenar de ciudadanos implicados en mantener la tensión reivindicativa (esta vez no iban ataviados con ropas alusivas al deseo de darse un chapuzón en un río libre de contaminación). Todos ellos vuelven a denunciar tanto la escasa cantidad como la mala calidad del caudal de agua que baja por el cauce (el color de chocolate espeso estos días es llamativo). También tratan de ponen en primer plano su desencanto con las decisiones políticas que se toman en todos los ámbitos donde se reparten las competencias hidráulicas.

Alejandro Cano, presidente de la Plataforma, reafirma su intención de seguir con las movilizaciones hasta que el río esté limpio. Su queja es que cambian los responsables pero «la política la misma» y señala que «tenemos un pacto nacional del agua que desecha el Gobierno central pero el de Castilla-La Mancha publica un documento destinado a colectivos en busca de un pacto regional para continuar con lo mismo», es decir, satisfacer demandas y sacar provecho económico al este recurso.

Cano subraya que en la Junta de Comunidades «dicen que el agua la necesita Castilla-La Mancha y no el Tajo, que no es lo mismo». Su decepción viene porque, además, no habla de sanear los ríos sino que se proponen potenciar el regadío, incluso con más olivos de otras variedades distintas a las tradicionales de aquí que son de secano.

Su advertencia es que así «no se ataja el problema» cuando resulta que el Tajo ha reducido el caudal y cuando viene con menos agua lo que se hace desde los poderes públicos es incrementar la demanda. Al contrario, la Plataforma defiende que la alternativa es crear una cultura social del agua como derecho humano, reducir los consumos productivos y cortar la corrupción.

Y luego que cada uno cuide el río en lo que le compete, desde las personas particulares (por ejemplo no tirando al desagüe toallitas u otros materiales contaminantes) a las instituciones como el Ayuntamiento de Toledo que debe arreglar sus depuradoras.