Conciencias sumergidas en un cambio de clima

RAQUEL SANTAMARTA (SPC)
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Atlantis Aquarium, el primer acuario libre de plásticos de un solo uso en España, abre en Madridpara sensibilizar a todos sobre una degradación de los océanos con importantes consecuencias

Conciencias sumergidas en un cambio de clima - Foto: JUAN LAZARO

¿Cambio de clima o clima de cambio? El Atlantis Aquarium, el primer acuario interactivo de Europa, ha abierto sus puertas en el Into Xanadú de Arroyomolinos para concienciar a pequeños y mayores sobre una realidad que amenaza el futuro del planeta. A la inauguración asistió el pasado jueves la ministra de Comercio, Industria y Turismo, Reyes Maroto. 

«Cada año termina en el océano una cantidad de basura (6,4 millones de toneladas) equivalente a la que produciría Madrid durante 85 años», reza un panel invitando a limitar el consumo de envases, reciclar y colaborar en programas de limpieza. Conscientes de que barrer bajo la alfombra está muy lejos de ser la solución, Atlantis Aquarium ha querido dar ejemplo eliminando de sus instalaciones los 10 productos plásticos de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en los mares. «Una parte se transforma en partículas muy pequeñas ingeridas por los peces que comemos», recuerdan incidiendo en que el público puede poner a prueba sus conocimientos medioambientales en un recorrido virtual con pantallas táctiles, hologramas y zonas de realidad virtual que acercan al visitante al gran tiburón blanco. En este sentido, muchas tortugas boba, que están en peligro de extinción desde 1996, mueren asfixiadas con bolsas de plástico que tragan al confundirlas con medusas. «Más de 100.000 mamíferos marinos mueren anualmente como consecuencia de los desechos que los seres humanos soltamos en mares y océanos», aseguran desde la entidad.

Con una superficie cercana a los 6.000 metros cuadrados y una capacidad superior a los 2,3 millones litros de agua, el Atlantis Aquarium integra 20 ecosistemas marinos donde «habitan más de 10.000 ejemplares de 150 especies diferentes». Desde los manglares a los arrecifes de corales pasando por los fondos abisales y La Antártida. En ella nacen, crecen, se reproducen y mueren los pingüinos juanito, que llegan a alcanzar una velocidad de hasta 36 kilómetros por hora bajo el agua.

«Los corales, que hacen de barrera ante las catástrofes naturales al mantener el equilibrio de los océanos, están sufriendo un blanqueamiento masivo con una mortalidad récord», lamentan poniendo de ejemplo las Maldivas, donde más del 60 por ciento de los arrecifes se están quedando sin color.

El visitante se embarca en un viaje que comienza cuando un meteorito impacta en Madrid con el mensaje de una civilización sumergida que alerta de las consecuencias del cambio climático si no se actúa de inmediato. «La subida del nivel del mar se debe al calentamiento global. Si la tendencia no cambia, ciudades como Londres podrían quedar sumergidas”, advierten en una apuesta para frenar el aumento de las temperaturas.

Hablar balleno o conocer el equivalente a su peso dentro de la fauna marina también es posible gracias a una experiencia en la que se puede observar de cerca al pez payaso, uno de los más famosos gracias a la película de Buscando a Nemo, y conocer algunas curiosidades sobre el animal más grande del planeta: la ballena azul. Y es que una persona podría gatear a través de la arteria principal de un mamífero cuyo corazón, que solo palpita una vez cada 10 segundos y puede ser escuchado a tres kilómetros de distancia, pesa cerca de 900 kilos. 

A través de una puerta en forma de mandíbula de megalodón, un impresionante pez prehistórico, se llega al tanque más grande que, con 1,7 millones de litros de agua, está dedicado a albergar rayas y tiburones grises, que pueden llegar a medir 2,2 metros de longitud.

En el tanque de los animales marinos invertebrados, los escolares pueden tocarlos y conocer sus características antes de obtener su acreditación como embajadores del Atlantis. Pero para ello deben completar un circuito en el que interiorizan unos hábitos de consumo responsable y aprenden a reducir el impacto de su huella ecológica.