Vanessa Veiga extrae una lectura positiva de su calvario en Valencia

Sergio Miguel
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La toledana del Adidas considera que el sufrimiento que experimentó para llegar a la meta le servirá para reforzar su mentalidad de cara al futuro y no se arrepiente de seguir en carrera

Vanessa Veiga extrae una lectura positiva de su calvario en Valencia - Foto: Víctor Ballesteros

«No pensaba que se podía sufrir tanto». Es una frase de Vanessa Veiga que explica de forma clara y concisa cómo fue su aventura en el Maratón de Valencia. La toledana llegó a la meta completamente agotada después de terminar una carrera en la que no halló buenas sensaciones, pero de la que extrae un buen aprendizaje gracias a su capacidad de aguante para finalizar la cuarta prueba de 42 kilómetros en otras tantas disputadas.

Bien es cierto que la del Adidas reconoce que «en algún momento pensé en abandonar», pero la capitalina indica que «lo fácil hubiera sido retirarme y volver a intentarlo dentro de quince días, pero si por lo que sea no me sale la marca, al menos tengo que aprender a sufrir».

Su calvario comenzó «desde el momento del disparo, porque siempre tuve sensaciones raras». Con todo, «fuimos a un ritmo constante que habíamos marcado para intentar llegar a la meta en menos de dos horas y media». Sin embargo, al pasar por el medio maratón, Veiga reconoce que «las fuerzas ya estaban muy limitadas  y la segunda parte fue horrorosa, aunque tampoco pinché demasiado».

Y es que su tiempo en la llegada fue de 2:35.57, no demasiado alejado de su mejor registro en la distancia, el de 2:32.57 que logró en su debut en Castellón. Sin embargo, la peor noticia de la marca de Valencia es que no le vale como mínima para el Campeonato de Europa de Zúrich, por lo que deberá buscarla en otra tentativa.

Más allá de la frialdad de los números, Veiga se detiene en las razones que le permiten salir fortalecida de la cita levantina. La primera de ellas es que «la recompensa de terminar siempre es valiosa», insistiendo en que a su marido Julio Rey «siempre le he escuchado decir que era importante llegar al final para sobreponerte las próximas veces a los momentos difíciles». De lo contrario, la toledana entiende que «sería más fácil salirte por la tangente a la mínima».

Otro de los aspectos positivos que halla es que «en general, y salvando los casos de los ganadores, a todo el mundo le pasó factura Valencia», algo que se refleja en que la mayor parte de los participantes acusó las condiciones climatológicas. En este sentido, habla del «cambio de temperaturas tan radical que se ha vivido en los últimos días».

Por último, quizás lo más importante, es que Vanessa Veiga ha terminado con más ganas de atletismo. «Si pudiera volvería a correr ya mismo y mi cabeza vuelve a pensar como antes», indica la toledana. Sin embargo, ahora tiene que recuperarse y volver con la misma filosofía con la que encaró Valencia: «Salí a arriesgar para bajar mi marca de las dos horas y media y lo volvería a hacer; ya he estado en unos Juegos y he ganado un maratón, por lo que tengo que buscar algo más grande».