El ataque de las abejas en Méntrida es el más grave de la provincia

J. M. / Toledo
-

Una veterinaria especializada subraya que resulta «muy extraño» el suceso porque «no hay antecedentes» tan virulentos, puesto que la mujer recibió más de 100 picaduras

Mucha extrañeza ha despertado en el sector apícola el ataque del pasado sábado de las abejas contra una mujer de 69 años, identificada con las iniciales C. A. P., que continuaba ayer ingresada en la UVI del Hospital Virgen de la Salud, con evolución favorable. Los médicos tuvieron que extraer uno a uno los aguijones dejados por más de un centenar de estos insectos que sorprendieron a la mujer y a otros cuatro componentes de su familia en un camino entre las urbanizaciones Las Moreras y Calalberche, en el término municipal de Méntrida.

«Ese número de picotazos puede ser mortal», apunta la veterinaria de la Agrupación de Defensa Sanitaria Ganadera Apícola de la provincia, Beatriz Rubio. No se sabe el número concreto de picotazos, pero quizá puedan contarse por cientos. De hecho, los servicios de emergencias activaron un helicóptero para el transporte de la paciente, cuyo marido también acudió a urgencias del Virgen de la Salud, aunque horas después fue dado de alta.

El ataque se produjo poco antes de las 16 horas, cuando los cinco afectados daban un paseo por las inmediaciones de la urbanización Las Moreras, donde tiene una vivienda la familia. Las otras tres víctimas se desplazaron por sus propios medios hasta el Hospital de Móstoles.

La especialista apícola asegura que no conoce antecedentes en la provincia de ataques tan virulentos como el del fin de semana, ni entre los apicultores que, como mucho, han recibido entre 40 o 50 aguijonazos, precisamente con medio centenar se puede hablar de ataque grave. «No hay antecedentes», señala la veterinaria, quien apunta que no tienen apicultores registrados en el término municipal de Méntrida.

«El día era malo», subraya al respecto Rubio por las condiciones del tiempo en una época del año de especial agitación de los insectos por la formación de los enjambres. No obstante, sostiene que resulta «muy extraño» el comportamiento tan virulento de las abejas contra una misma persona. Así, apunta que quizá se haya manipulado incorrectamente una colmena cerca y atacaron finalmente las abejas a la familia. «No es habitual, es una cosa muy aislada y menos si no defienden la colmena», agrega, por lo que es posible que hubiera en las inmediaciones una colmena.

Los enjambres suelen construirse a un metro y medio de altura y no en el suelo. El presidente de la Asociación Española de Apicultores, Miguel Ángel Casado, recalcó que los neófitos no se acerquen a «curiosear» a las colmenas y que avisen a apicultores, Guardia Civil o bomberos si ven un enjambre. Para los alérgicos, advierte de que deben llevar adrenalina y un antihistamínico para hacer frente a la alergia.

Hay que recordar que los apicultores están obligados a señalar la presencia de colmenas en el campo, las cuales deben estar como mínimo a una distancia de 50 metros de un camino en caso de que se encuentren en pendiente y de 100 si están en terreno llano para evitar precisamente manipulaciones incorrectas y peligro por los ataques. La zona de Méntrida, en la comarca de Torrijos, está fuera de los municipios más apícolas de la provincia.