Unas cañas caras para tiempos de crisis

i. g. v. | TOLEDO
-

Miles de toledanos y visitantes aprovecharon el sol y las buenas temperaturas para acudir a su cita con las migas de Nochebuena. El Polígono y Santa Teresa volvieron a ser los barrios donde se congregó más público

Unas cañas caras para tiempos de crisis - Foto: Yolanda Lancha

«Estas son las migas de las tres ‘c’: cañas, caras, crisis», comentaba un grupo de jóvenes tras pagar dos euros por cada vaso de cerveza en uno de los establecimientos del paseo Federico García Lorca del Polígono, el centro neurálgico del barrio para celebrar las tradicionales migas de Nochebuena, una cita cargada de reencuentros a la que no quiso faltar casi nadie a pesar de la complicada coyuntura económica.

Reencuentros con familiares que viven fuera de la ciudad y llegan en navidades, con antiguos amigos o con compañeros de trabajo. Pero también reencuentros en los que la crisis se convirtió en protagonista de las conversaciones. No faltaron las críticas de «los que no cobramos paga extra», de «profesores en paro» o de «médicos enfadados».

Sin embargo, los toledanos volvieron a demostrar que saben poner al mal tiempo buena cara y salieron a la calle para pasar un rato agradable antes de la cena familiar. El sol y las buenas temperaturas hicieron el resto.

- Foto: Yolanda Lancha El Polígono y, sobre todo, Santa Teresa, se volvieron a convertir en las zonas donde se congregó más público. No había más que ver la explanada del aparcamiento de Santa Teresa para corroborar que las migas de Nochebuena volverían a ser un éxito.

Y es que, todo el barrio se llenó de gente por las calles, de platos de migas -con poco chorizo y panceta pero sabrosas- y paella junto con otros guisos. Además, algunos establecimientos decidieron repartir regalos como gorras, bolígrafos, pulseras y camisetas.

Y como viene siendo habitual,  cuando se fue el sol y el frío empezó a hacer de las suyas, los toledanos decidieron continuar con la fiesta cambiando las barras de la calle por el interior de los locales hasta que apremiaba la hora de la cena y los teléfonos móviles empezaban a echar humo cargados de ‘whatsapp’ de felicitaciones.

También hubo otras zonas de la ciudad en las que se ofrecieron migas como en el Casco histórico, donde la imagen se repetía como cada Nochebuena con los clientes junto a la puerta de entrada a los establecimientos bebiendo una caña.

Pero además, hay otros barrios que han decidido sumarse a la tradición, entre ellos Buenavista o Santa Bárbara, lugares escogidos por aquellos que prefieren evitar las aglomeraciones.

El buen tiempo acompañó toda la jornada con unas temperaturas suaves que tanto los toledanos y visitantes como los dueños de los establecimientos hosteleros de la ciudad esperan que se repitan el próximo 31 de diciembre. Además, la falta de incidentes fue otra de las noticias agradables. Se cumplió la Nochebuena.