Aunque los desprendimientos de rocas no son un fenómeno desconocido en Chinchilla de Montearagón, pocos se recuerdan con las dimensiones del que sobresaltó la localidad en la tarde de ayer.Fue algo después de las 16,30 horas de ayer cuando los vecinos escucharon un estruendo, incluso algunos una vibración del suelo, que hizo sospechar de un terremoto.Sin embargo, pronto se comprobó que el susto se debía a un enorme derrumbe de la ladera situada bajo el barrio de las Cuevas del Agujero.De los numerosos materiales desprendidos, un grupo de rocas de grandes dimensiones y varias toneladas de peso (con un volumen aún por determinar) cayó a la prolongación de la calle Diablos y Tiradores, que quedó totalmente cortada al transito.