El Estatuto permite gobernar sin mayoría absoluta ni pactos

L.G.E.
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Antes que repetir elecciones, será presidente el partido con más diputados. Si les salen las cuentas, quizá Page no necesite Podemos o Núñez a Ciudadanos

El Estatuto permite gobernar sin mayoría absoluta ni pactos - Foto: Víctor Ballesteros

Se podría decir que San Gil es más milagrero que San Telmo, al menos en lo político. Esta afirmación necesita una aclaración. Las Cortes regionales de Castilla-La Mancha están ubicadas en el antiguo convento de San Gil de Toledo (Los gilitos)y es allí donde se elige al presidente de la Junta. El Estatuto de Castilla-La Mancha garantiza que tras las elecciones lo habrá sí o sí, incluso si el reparto de diputados entre partidos no deja mayorías absolutas y no fructifica ningún acuerdo. No ocurre lo mismo en Andalucía para ocupar el Palacio de San Telmo (donde está la Presidencia de la Junta). Si en Sevilla no hubiesen pactado PP, Ciudadanos y Vox para hacer presidente a Moreno Bonilla, seguramente habría habido una situación de bloqueo y se habría tenido que repetir las elecciones.

Para ser sinceros, esta noticia tiene poco de nueva. Más bien, tiene 37 años, que es la antigüedad del Estatuto de Castilla-La Mancha, que se aprobó en agosto de 1982. Su artículo 14.5 recoge los requisitos para que las Cortes regionales elijan al presidente de la Junta. La primera opción es que tenga mayoría absoluta. La segunda opción es que, en una segunda votación 48 horas después, el candidato consiguiera mayoría simple (más síes que noes).

Hasta aquí todo sigue el patrón de otras legislaciones autonómicas y de la estatal.Moreno Bonilla, por ejemplo, salió con mayoría absoluta al juntar los votos de PP, Ciudadanos y Podemos. En las últimas generales, Rajoy salió elegido con mayoría simple porque la mayoría de los diputados del PSOEse abstuvieron y así tuvo más síes que noes.

La diferencia es que Castilla-La Mancha tiene un plan B, un tercer escenario programado, una última opción si pasan dos meses desde la primera votación y ningún candidato logra una mayoría. Así aparece reflejado en el artículo 14.5:«Quedará automáticamente designado el candidato del partido que tenga mayor número de escaños». Se puede decir, por tanto, que en Castilla-La Mancha ser la lista con más diputados puntúa doble.

Casos prácticos. Este botón de emergencia del Estatuto tiene dos consecuencias claras. La primera es que se puede gobernar sin necesidad de pactar. Imaginen que Page no obtiene mayoría absoluta, pero sí logra para el PSOEmás diputados que los de PP, Ciudadanos y Vox juntos. En ese caso, no tendría por qué pactar con Podemos. Incluso no le tendría que importar que la formación morada votase en contra de su investidura, dado que al cabo de dos meses sería elegido presidente automáticamente. Lo único que tendría que vigilar es que Podemos no apoyase al candidato de los partidos de centro-derecha, algo que no parece muy probable.

El ejemplo se podría poner con Francisco Núñez, el líder del PP. Si tiene más diputados que PSOEy Podemos juntos, también podría sentarse a esperar a que corriese el plazo sin tener que llegar a acuerdos con Ciudadanos o Vox. En este caso, sí tendría que vigilar que la formación naranja no se fuera a dar su voto al candidato de centro-izquierda.

Para tomar esta posición tan pasiva, a los candidatos le tienen que salir las cuentas. De hecho, ninguno de los dos de los partidos mayoritarios  parece contemplar ese panorama, porque de lo que hablan ya desde comienzos de año es de llegar a acuerdos tras el 26 de mayo. Esto dijo Page en su encuentro con los medios del 10 de enero: «Buscaré puntos de encuentro con quienes se quieran entender dentro del marco constitucional y del Estatuto, con Vox por supuesto que no». Yesto dijo Núñez el 15:«Pactaré con todo el que esté en la defensa de nuestro país , nuestra Constitución, Estado de Derecho y leyes».

Si la primera consecuencia es que los pactos no son necesarios, la segunda es que en la región no se repetirán elecciones. Salgan como salgan las de mayo, habrá presidente. Otra cuestión es que ese presidente decidiera después convocar elecciones si en los plenos le rechazaran leyes como la de presupuestos. Que San Gil es milagrero, pero no tanto.