El Fondo Artístico de la Fundación CCM, valorado en 1,5 millones, espera destino

C. M. / Toledo
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La mayoría de las piezas ingresaron en el patrimonio de la institución después de haber sido seleccionadas o galardonadas en el Premio Caja Castilla La Mancha de Pintura y Escultura

La situación no augura una resolución sencilla. Inmersa en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo, que supondrá el cierre de centros culturales y de mayores, el patronato de la Fundación Caja Castilla-La Mancha no puede evitar pensar en una inminente toma de decisiones relativas al futuro de su importante patrimonio mueble e inmueble.

A pesar de que desde la entidad se asegura que «todavía no se ha pensado en ese asunto» porque «nadie en el patronato ha dicho que la Fundación vaya a desaparecer», lo cierto es que sin personal ni recursos la tarea a desarrollar por la heredera de la Obra Social y Cultural de Caja Castilla-La Mancha se torna imposible.

Con este desalentador panorama, y apremiados por la consecución de un acuerdo con los trabajadores, el patronato se enfrenta a un problema habitual en la liquidación de una fundación. Nada más y nada menos que el destino de los bienes y derechos integrantes de su patrimonio.

En este punto, a nadie se le escapa la importancia del patrimonio contenido en un Fondo Artístico -inventariado y valorado en cerca de un millón y medio de euros- conformado por una amplia colección de obras de arte contemporáneo en la que figuran creaciones de artistas emergentes y composiciones de autores de prestancia. Este recorrido, participado por un nutrido grupo de piezas -dibujos, pintura y escultura- , ejemplifica el arte de más de un siglo reflejado en diferentes técnicas y estilos. Entre los elegidos figuran Sorolla, Picasso, Miró, Benjamín Palencia, Saura, Canogar, Ortega, Beato, Torner, Toral, Giles, Roberto Campos, Fernando Martín Godoy o Jorge García.

Sobre la procedencia de las obras, la mayoría de los cuadros, dibujos y piezas escultóricas ingresaron en el patrimonio de la institución después de haber sido seleccionadas o galardonadas en el Premio Caja Castilla La Mancha de Pintura y Escultura, del que se han celebrado más de diez ediciones.

En la actualidad, este Fondo se encuentra repartido por los centros operativos y oficinas, ahora propiedad del Grupo Liberbank distribuidos por la geografía nacional, y por los edificios todavía en manos de la Fundación CCM.

Así, el patronato de la Fundación CCM -que debería renovar sus representantes en el mismo tras el cambio de Gobierno regional- en el supuesto de que en los estatutos no se haya previsto nada acerca del destino final de los bienes debe determinar si los mismos se ceden a fundaciones o entidades no lucrativas que persigan fines de interés general similares o si por, por el contrario, el patrimonio resultantes de la liquidación se destinan a entidades públicas. Lo que es indudable es que, por haberse adquirido la colección gracias a los ahorros de los castellanomanchegos -que confiaron su capital a la desaparecida Caja CCM y posteriormente a Banco CCM- lo adecuado sería que este patrimonio retornase en su conjunto.

Esta resolución, claro está, requiere el acuerdo del patronato ratificado por el Protectorado de Fundaciones, organismo que debe, según establece el Reglamento de fundaciones estatal, «tener conocimiento y supervisar, en su caso, las operaciones de liquidación de la fundación, así como acordar el destino que haya de darse a los bienes de ésta».

Sea como fuere, y a la espera de la decisión del patronato, esta decisión podría generar nuevos proyectos relacionados con la deuda que la ciudad contrajo hace años con el arte contemporáneo.

Benacazón y sus ‘parientes’. Además del Fondo Artístico, el patrimonio de la Fundación CCM se nutre del ámbito inmueble con la propiedad del Palacio de Benacazón en Toledo, el Edificio Iberia y la Finca Albadalejito, ambos en Cuenca. Sólo la venta de esta última supondría el ingreso de seis millones de euros. De ahí que el cálculo estimado del valor de todo el patrimonio propiedad de la Fundación puede superar, según fuentes bien informadas, los 440 millones de euros. Esta cifra denota la necesidad de decidir con buen tiento la suerte de este ingente capital.

En este punto, y con el fin de mantener los puestos de trabajo afectados por el ERE, el sindicato Comisiones Obreras considera que los despidos pueden ser ilegales ya que la Fundación cuenta con patrimonio suficiente para mantener estos puestos. De hecho, el responsable de la Sección Sindical de CCOO en el Grupo Liberbank, Carlos Genillo, insiste en la propuesta de capitalizar parte del patrimonio para mantener o, en su caso, reducir el número de afectados. Por ello han solicitado el listado de las obras de arte del Fondo Artístico, petición que no ha sido tenida en cuenta por ninguno de los responsables del patronato.

Según el sindicato, tras la desaparición del modelo de cajas, cuya finalidad era social, se contempla «más necesaria que nunca la labor de la Fundación».