Optimismo a pesar de que enero suele ser un mes complicado para el paro. En esta ocasión, los datos facilitados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ofrecen lecturas positivas y negativas, puesto que el paro ha bajado en Castilla-La Mancha respecto al último año, un 8,17%, pero ha aumentado un 3,8% respecto al mes anterior.
En este caso, el viceconsejero de Empleo y Relaciones Laborales, Francisco Rueda, ha ofrecido una valoración de las cifras del mes de enero y destacó que Castilla-La Mancha es la región en la que más ha bajado el desempleo, por detrás de la Comunidad Foral de Navarra. En este sentido, ha subrayado también que en términos interanuales los datos confirman la segunda mayor reducción de paro en la región en esta década, ya que la mejor se registró en 2017.
En la otra cara de la moneda, el aumento del paro el mes pasado respecto al anterior, el viceconsejero afirmó ayer que las mujeres han sido las más perjudicadas, puesto que han supuesto más del 75% de los nuevos desempleados al añadirse más de 4.500 mujeres sin empleo. Enero insiste también en colocar a los mayores de 25 años como principales afectados de esta situación.
Enero no suele ser un buen mes para establecer una radiografía del mercado laboral. Yen esta ocasión se vuelve a repetir la destrucción de empleo en el sector servicios, muy ligado a la campaña navideña, ya que ha afectado a 6.314 personas. Lo mismo ocurre en el sector agrícola con la finalización de la recogida de la aceituna, con 345 nuevos parados. Por contra, la construcción ha seguido una buena tendencia al reducir el paro en 644 personas.
Los datos no pueden achacarse a la modificación e incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a pesar de que en el ámbito económico se hable de una posible destrucción de puestos de trabajo, como apunta el Banco de España. Si bien, Rueda ha asegurado que no ha tenido impacto, que si lo hubiera se podrá notar a partir de este mes y defendió «que no hay ningún estudio que demuestre que la subida del SMI destruya empleo». Aun así, «puede tener un efecto negativo en los empleados con salarios más bajos».