Victoria bastante clara por 0-2 de La Roda CF a domicilio ante un CD Villacañas al que le faltó puntería en sus llegadas para plantear verdadera batalla.
Tanto Villacañas como La Roda comenzaron el partido a muy buen ritmo y siendo bastante ambiciosos en el aspecto táctico. Así, las ocasiones no tardaron en producirse. En el minuto siete el visitante Manolo rozó el gol con un gran remate de cabeza en el que Rodri estuvo muy bien y segundos después respondía el Villacañas en un saque de esquina rematado por Ángel Luis que detuvo Del Río con una acertada intervención. Estas dos llegadas incluso incrementaron el ritmo al que se jugaba y superado el minuto diez se veía otra visitante, clarísima, tras una gran jugada del lateral izquierdo visitante que se va en velocidad por el costado y con un vistosa bicicleta se deshace de la última marca para colgar un centro muy bueno que Juanan remata a bocajarro pero el portero Rodri aborta la clarísima ocasión sacando una portentosa mano a contrapié.
A partir de aquí el juego seguiría estando bastante igualado pero entonces ya no se verían tantas llegadas a las área, hasta que en el tramo final, a siete para el descanso, llegaba el primer gol de La Roda en una jugada iniciada por Felipe desde banda derecha en la que recorta hacia adentro y su centro no lo saben sacar ni el paraguayo Cabrera, ni el portero local, por lo que ante ese regalo inesperado responde el atacante Álvaro Collado haciendo un gol en el que sólo tuvo que empujarla.
La segunda se inició con los dos equipos aguerridos y planteamientos similares a los ejercidos durante la primera parte, pero pronto se vio que La Roda había reiniciado mejor el juego y antes de cumplirse el minuto cinco Álvaro Collado hacía el segundo al transformar un penalti tras centro de Manolo desde banda izquierda que acabó en un agarrón del otro central local sudamericano, el uruguayo Correa.
Con el marcador muy en contra el Villacañas pudo recortar diferencias cuando Ángel Luis se va por la banda y centra raso para el remate de un Capelo que antes de hacerlo fue claramente derribado sin que el colegiado señalara nada, pero la jugada continuó sin pitido alguno y terminaría con un paradón a bocajarro de un Del Río convertido ya en protagonista.