Mas admite que la independencia dejaría a Cataluña fuera de la UE

Agencias
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El presidente de la 'Generalitat' confía en que el ejemplo de Escocia pueda allanar el camino y critica a los «catastrofistas» que afirman que la región «pasará al purgatorio y al infierno»

Artur Mas - Foto: Europa Press

 

 
A pesar de que desde que hiciera público su plan secesionista, Artur Mas aseverase en todo momento que la posible separación de Cataluña de España no supondría ningún peligro para su permanencia en el euro y la UE, ayer el presidente de la Generalitat tuvo que rectificar y reconocer que, haciendo una lectura «estricta» de los tratados continentales, la independencia dejaría a la región fuera de la Unión, aunque también quiso agregar que ve más «importante» la interpretación política que haga de sus normas y de lo que ocurra.
«Puedo reconocer la constatación estrictamente legal, pero aquí lo importante no es lo que dicen milimétricamente los tratados, sino qué interpretación política hace la UE de lo que pueda pasar en Cataluña y España. Y esto no lo sabe nadie, ni yo mismo», aseguró.
Según explicó el dirigente, Europa no ha tenido que afrontar nunca una situación de estas características, aunque se lo puede encontrar en el caso de Escocia, y cargó contra «los catastrofistas que afirman que Cataluña pasará al purgatorio y al infierno». 
«Lo he escuchado de ministros del Gobierno», lamentó el president, quien advirtió de que tampoco sería responsable afirmar que no habría consecuencias. 
Sin embargo, Mas resaltó que la democracia en el Viejo Continente es un «pilar fundamental», por lo que confió en que acabará adaptándose «ante las ampliaciones internas de estados que ya son miembros de la UE». 
«El sentido común nos lleva a pensar que si Europa tiene como proyecto ampliarse, lo que no hará es reducirse a la primera de cambio», sostuvo el convergente, quien no ve lógico que la región quedara fuera porque quiere un estatus político diferente. 
En cuanto al manifiesto de 300 intelectuales por el federalismo, publicado el pasado domingo y en el que emplazan a reflexionar sobre el trato que se ha dispensado a Cataluña, Mas lo definió como una «rendija» que, confió, coja fuerza.
«Esto significaría que hay cierta capacidad de reflexión para intentar hablar civilizadamente de las cosas. Pero es tan débil que no podemos pensar que se imponga», sostuvo.
Pese a todo, instó a «tomar nota» de que el texto también apuesta por encontrar vías de solución si la voluntad de los catalanes es permanente y mayoritaria.
 
«MENSAJE HOSTIL». Mientras tanto, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol expresó que desde el resto de España llega a Cataluña un mensaje mediático y político «muy hostil» y añadió que el país se niega a reconocer que «hay un hecho diferenciador».
Así, admitió que en el caso de que se celebrara un referéndum de consulta soberanista, él votaría a favor de la independencia, algo que «hasta hace dos o tres años no podía haber imaginado nunca» que se podría producir.
Pujol criticó el discurso de que «con el ahogo financiero, político e institucional no será viable como un país que valga la pena» y será «un país residual que poco a poco irá diluyéndose».
A su juicio, la soberanía «es difícil, pero posible», al tiempo que mencionó a Estonia, Eslovenia y Eslovaquia como ejemplos de estados independizados que «han sido un éxito».
Por su parte, la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, advirtió a Artur Mas de que los catalanes no se merecen gobernantes «que se sitúen al margen de la ey», y le pidió que actúe con responsabilidad, en referencia a las declaraciones del dirigente del pasado domingo, en las que aseguró que la fuerza de la democracia y el civismo no la podrá frenar «ni los tribunales ni las constituciones».
La popular avisó de que, si el president «decide romper las reglas del juego», la región sufrirá consecuencias sociales y económicas, y sostuvo que la solución a las dificultades financieras pasa por trabajar conjuntamente con España, y «no por la secesión».
Además, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, criticó que Mas recurra al Fondo de Liquidez Autonómica y, al mismo tiempo, «gaste dinero donde no tiene que gastarlo» por no tener competencias para ello.