El Gobierno supera el primer trámite para aprobar las cuentas de 2016

AGENCIAS
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Satisfacción. Mariano Rajoy recalca que los Presupuestos Generales permiten seguir con la política económica de los últimos años

El Pleno del Congreso rechazó ayer, con el único voto de los 185 diputados del PP y el de UPN, las 13 enmiendas de totalidad que el resto de los partidos de la oposición presentaron al proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2016.

Durante el debate parlamentario, de más de 10 horas, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, no logró convencer a ninguno de los grupos contrarios a sus cuentas. Todos ellos coincidieron en una idea:«El PP presenta estas partidas, apenas unas semanas antes de disolver las Cortes para convocar elecciones generales, a fin de atar a la próxima mayoría y con afán electoralista». Además, reiteraron que la previsión de ingresos y crecimiento está «inflada» y que no se corrigen los recortes de los últimos años, lo que impide asistir a quienes más están sufren.

Sin embargo, el ministro insistió en que aprobar las cifras es un ejercicio de responsabilidad para dar confianza a los mercados ante el peligro de nuevas mayorías de «izquierda radical», y que mantener las reformas es el único camino para consolidar la recuperación y no volver a caer en la crisis.

En su última intervención antes de la votación y desde el escaño, el político andaluz aprovechó para agradecer a sus compañeros el «apoyo y la estabilidad política que han aportado en todo momento» de la legislatura, subrayando que «han sido los españoles los protagonistas de la recuperación» y los que «están sacando adelante a España».

Anécdota.

La anécdota de la jornada la protagonizó el marcador de votaciones, que no registró los votos a favor de las enmiendas emitidos por la oposición. «¿Qué hacemos?», se preguntó el presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada. La solución, obvia, fue la de repetir la emisión de sufragios.  

Una vez finalizado el trámite, fue el momento de las valoraciones de los líderes de los grandes partidos de la democracia española. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que fue, para muchos, el gran ausente del debate, se mostró contento con el respaldo del Congreso a los Presupuestos Generales del Estado para 2016 porque «permite mantener la política económica de los últimos años».

«Estamos muy contentos», recalcó el jefe del Ejecutivo, que también consideró «enormemente positivo» que algunos medios internacionales hayan alabado la política española.

 Así, el líder del PP insistió en que este año el país registrará el mayor crecimiento de Europa y que creará más de 600.000 puestos de trabajo, lo que demuestra que el esfuerzo y la dedicación que ha demostrado la «inmensa mayoría de los españoles» ha dado sus frutos.

 «Vivimos una época enormemente dura, pero las reformas llevadas a cabo con el apoyo de los ciudadanos han demostrado ser útiles para el país», apostilló Rajoy, tras recordar que ya se ha recuperado un millón de los 3,5 millones de empleos perdidos entre 2008 y 2011, y tras asegurar que, aunque «queda mucho por hacer». «El Gobierno está muy animado de cara al futuro», recalcó con tono triunfalista.

Como es lógico, no era de la misma opinión el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que defendió que lo que había puesto de manifiesto el debate es que su formación representa «una opción de futuro» frente a un PP y un Gabinete central «anclados en el pasado». «Ayer (por el martes), si se vio algo es a un partido, el PP, y a un Ejecutivo, anclados en el pasado y que miran solamente al pasado, y ese pasado lo miran con rencor», ha lamentado el líder socialista en declaraciones a los medios en los pasillos de la Cámara Baja.

 Asimismo, el madrileño destacó que frente a ese Gobierno «anclado en el pasado», su partido demostró ser «una opción de futuro, con una apuesta clara de modernización de España». «Eso es en lo que está en PSOE», reafirmó.

Ahora falta por ver si, desde el punto de la estrategia electoral, fue positivo para los intereses de Ferraz que su jefe saltara a la palestra a diferencia de su gran rival, o al revés. Como acto de precampaña puede que le beneficiara. Ono.