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Que Toledo es una joya patrimonial nadie lo duda. Monumentos como la Catedral Primada, San Juan de los Reyes, la sinagoga del Tránsito, el Alcázar, la mezquita del Cristo de la Luz o Santa María la Blanca sirven de atracción para miles de turistas, que visitan la ciudad a diario. Además de sus monumentos, Toledo ha sabido sacar partido a otros de sus encantos, gracias a fiestas declaradas de interés turístico internacional como el Corpus Christi o la Semana Santa, aunque quizá tiene una asignatura pendiente, la del turismo activo relacionado con los deportes de aventura.

Con el objetivo de cubrir ese hueco, una empresa ha decidido arriesgar y ha planteado al Ayuntamiento la posibilidad de instalar una tirolina sobre el Tajo, en las inmediaciones del puente San Martín, aunque aún no se ha desvelado la ubicación exacta.

Una tirolina similar a la que hay, o ha habido, en centros de ocio de municipios de la provincia como Los Yébenes, Puente del Arzobispo o Malpica del Tajo, aunque adecuada a las especiales características de la Ciudad Imperial.

El llamativo proyecto cuenta con el ‘ok’ de Cultura -en el ámbito patrimonial- y de Medio Ambiente y también con la aprobación del Ayuntamiento capitalino, que ve en él una forma de incrementar las alternativas turísticas de Toledo en pleno Año Greco.

Y es que, si la capital regional destaca por su monumentalidad también puede hacerlo, piensan en el Consistorio, por convertirse en destino de aventura, como lleva años buscando especializarse en receptora de congresos o de grandes eventos.

Desmontable. Los ideólogos del proyecto quisieron mostrar su idea también a la Real Fundación de Toledo, buscando su beneplácito en lo que al impacto ambiental y paisajístico se refiere, teniendo en cuenta que el objetivo de la entidad es contribuir a la conservación y revitalización de la ciudad histórica, realizando actividades dirigidas a fomentar su habitabilidad y la protección, así como el estudio y la difusión de sus bienes patrimoniales.

Los ‘padres’ de la iniciativa no despertaron el rechazo de la entidad porque la instalación será desmontable, para causar el menor impacto paisajístico, aunque eso no impedirá que cuenta con todas las medidas de seguridad que un mecanismo de estas características requiere.

Concesión. En estos momentos, el Consistorio está estudiando los detalles para ver cuál es la fórmula adecuada para ponerlo en marcha. Probablemente sea la de concesión, al tratarse de un espacio urbano, y también para que se cumplan todos las exigencias administrativas de los concursos públicos. No en vano, puede que alguna otra empresa considere interesante la opción y decida optar por ella. El procedimiento sería similar al efectuado cuando salió a concurso la concesión del trenecito o del bus turístico.

Por tanto, puede que en próximas fechas la ciudad de Toledo cuente con un nuevo atractivo, el de una tirolina con la que cruzar el río Tajo y disfrutar de un rato de ocio.