El Consejo de Colegios de Veterinarios de Castilla-La Mancha le dio ayer un ‘trofeo’ al Gobierno regional. Fue una placa de cerámica talaverana en la que les reconocen su valor por declarar Bien de Interés Cultural a los toros y, por tanto, por blindar la Fiesta Nacional como patrimonio histórico y cultural de la región. La presidenta autonómica, María Dolores Cospedal, recibió la placa con agradecimiento y cree que llega de manera muy oportuna. «En estos momentos donde parece que la fiesta de los toros pueda peligrar, tenemos que defenderla más que nunca y tenemos que luchar más que nunca por una cultura que es la nuestra», clamó, «tenemos que defenderla con valor... ¡y al toro!».

Cospedal apostilló que el reconocimiento hay que extenderlo a toda la comunidad, porque aseguró que en su Gobierno lo que han hecho es escuchar a la población. Según las encuestas e informes que maneja, el 48% de los castellano-manchegos se declara aficionado a los toros y el 90% reconoce que es una fiesta «de interés cultural». Añadió que en Castilla-La Mancha los toros dejan 300 millones al año, que hay 92 titulares de ganadería brava que tienen 500.000 hectáreas de dehesas en 180 municipios de la región. Explicó que en 2011 la mitad de los festejos taurinos celebrados en todo el país tuvieron lugar en Castilla-La Mancha. Y no se olvidó de destacar que los toros forman parte de la «idiosincrasia» de España, aunque haya regiones como Cataluña que los hayan prohibido. Según Cospedal, «por tratar de hacerse los diferentes o no tener nada que ver con nuestro país».

El presidente del Consejo de Colegios de Veterinarios, Luis Alberto García Alía, defendió que la declaración BIC de los toros no es una «ocurrencia del momento político». Aprovechó para pedir al Gobierno regional que escuche a los veterinarios ahora que está reformando la Ley de Espectáculos Taurinos.