ABRAHAM REINA SE CORONÓ EL ALFARERO DE PLATA

Dominguín / Toledo
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El conde de Mayalde embarcó para Villaseca una novillada brava y encastada.Juan Carlos Carballo cortó dos orejas, mientras Joaquín Galdós cortó una

ABRAHAM REINA SE CORONÓ EL ALFARERO DE PLATA - Foto: Dominguín

Cuando se hacen las cosas bien, se siembra y se cuida hasta el más mínimo detalle, es normal que las cosas salgan a pedir de boca. Buen sabor habían dejado los cinco tentaderos que antecedieron a esta gran final que bien se tiene merecido un sitio de honor en los certámenes para descubrir nuevos valores del panorama taurino nacional.

Con alrededor de dos mil personas en los tendidos del coso ‘La Sagra’, se abrió el portón de cuadrillas para saliesen al albero los seis aspirantes al nuevo trofeo, con sueños, ilusiones y faenas soñadas que pudieran ser plasmadas como lienzos inmortales en esta fecha tan esperada. Cariñosamente, les recibieron aficionados de todo el centro peninsular, peñas y asociaciones de la comarca así como jóvenes, muchos jóvenes en los tendidos, lo que se puede considerar como una fiesta de la juventud y los toros en la provincia toledana.

Abrió plaza el albaceteño Pedro Jesús Merín, quien se enfrentó a un cuajado y bravo novillo que exigía en todo momento estar firme y obligar al animal a embestir por bajo. Destacó el valor del chaval que se sobrepuso tras sufrir dos angustiosas volteretas y consiguió arrancarle algún muletazo largo. Saludo tras una ovación del público.

Turno seguido fue el de Abraham Reina, joven novillero de Talavera de la Reina y pupilo de la escuela taurina ‘Domingo Ortega’ de la Diputación de Toledo. Recibió al castaño con el capote, meciendo sus embestidas con un ramillete de verónicas rematadas con una encajada media enroscada en la cintura. Brindó su novillo a su maestro Joselito de Vega, tras lo cual se dobló con el de Mayalde por bajo para atemperar su bravura y acompasarlo al ritmo que marcaba su pañosa. Firme y con los talones enterrados en la arena, Reina fue dándole tandas serias y largas tanto por el pitón derecho como por el izquierdo, donde tuvo que intentarlo en más ocasiones pues una por ese pitón el novillo tenía una condición más que clara. Remates de torería y pinchazo tras lo cual recetó dos estocadas enteras que hicieron rodar al animal por tierra, saltando el respetable de sus asientos para pedir el apéndice para el novel. Una oreja concedida que supo a poco tras la importante faena que a la postre le valió para alzarse con el certamen.

El novillero de Algeciras, ‘El Paquera’, poco pudo o quiso hacer en su turno. Brindó su enemigo a todos sus compañeros y cogió la muleta sin mucha fe, pues el novillo aportó toda la buena condición que le ofrecía pero le vino grande y no se acopló en ningún momento. Poco bagaje el del chaval que se evidenció cuando entró a matar en dos ocasiones no hallando el cuerpo del burel para su sacrificio, palmas a la disposición del respetable.

En cuarto lugar, saltó a la arena un sardo, al que Juanito lo toreó de forma despegada y sin acoplarse. El animal que embestía desde el principio por bajo se encontró con un torero que le trazaba muletazos largos y en línea que no buscaban la reunión entre ambos. Demostró oficio pero no llegó a calar en los tendidos su labor, siendo silenciada al morir el eral.

Juan Carlos Carballo fue el encargado de lidiar al bravo novillo que saltó en quinto lugar, y como dice el dicho no es que no fuese malo es que fue bueno no, lo siguiente. Un animal colaborador, noble, con fijeza, movilidad y buenos finales en los muletazos. Lo recibió con una ‘Arrucina’ en el centro del anillo tras lo cual basó su faena en un trasteo serio y contundente. Faena a más que consiguió levantar olés clamorosos en los remates por ambos pitones. Mató al animal a su segunda oportunidad y le fueron concedidas las dos orejas del bravo novillo que debió recibir la vuelta al ruedo en Villaseca.

Cerraba el cartel Joaquín Galdós, quien venía con vitola de ser uno de los que más oficio tenían y que podía optar a destacar en el certamen. Galdós sí que estuvo firme y con seguridad, pero le faltó frescura y ganas ante otro buen novillo toledano. Pide paso para un novillo de más edad y quizás por eso no destacó, llegando incluso a ser sorprendido en varias ocasiones. La faena había caído en la monotonía hasta que llegó la suerte suprema, donde le recetó al novillo la estocada de la tarde que le valió para cortar una oreja y pasearla por el ruedo.

A hombros solo salió Carballo, mientras sus compañeros lo hacían a pie con un ojo puesto en la sala donde estaba en ese momento reunido el jurado y que dictaminó en breve el resultado siguiente. Abraham Reina obtuvo siete votos por seis de Carballo y uno de Galdós. Por lo tanto, el toledano se alzó como ganador de este primer certamen del ‘Alfarero de Plata’ que tan bien organizado ha estado en Villaseca de la Sagra y que seguro tendrá continuidad y más solera para otras ediciones venideras. Enhorabuena a todos.