Sea feliz, ríase

I.P.Nova / Toledo
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Juan Carlos Muñoz imparte una clase de risoterapia en la Biblioteca Regional para enseñar a ser feliz a los toledanos.

Un niño ríe 300 veces al día y un adulto sólo 7. Con esta cifra el experto en risoterapia y titiripeuta, Juan Carlos Muñoz García, intenta hacer ver la necesidad de la risa y cómo una buena carcajada puede solucionar muchos problemas. Así lo hizo ver ayer en una demostración práctica en la Biblioteca Regional de Castilla-La Mancha en la que investigó e hizo a su público sentir las razones y consecuencias de ser feliz.
En su primera charla en la regional, el experto explicó los beneficios de la risoterapia y de las emociones positivas «a las que estamos acostumbrados y a veces no se reconocen muy bien». Muñoz García explica que con el continuo estado de felicidad pasa como cuando alguien no se fija en un árbol hasta que no ve uno en el suelo. Es un sentimiento extraño que hace falta ver que «no está para valorar su estado normal». 
El formado titiripeuta intenta eliminar el aspecto racional de sus alumnos para que puedan disfrutar del beneficio de la risa. Juan Carlos recuerda que lo importante es olvidarse de vergüenzas y explica que en su clase tiene dos tipos de dinámicas, para los que son de Toledo y los que no, por el carácter «más cortado de los locales».
Muñoz García alega que hay que olvidarse de todo lo que coarta el sentido del humor como el estrés o el agobio. «Con la crisis vivimos en una sociedad con mucho miedo y eso nos bloquea. Focalizamos en un problema y no damos la importancia a las emociones positivas. Te puedes curar valorando lo que tienes porque, por muy mierda que estés siempre, hay cosas positivas y hay que poner el foco de atención ahí», argumenta recordando que, a veces, hace falta verse muy mal para ver que cuando nos quejábamos no estábamos tan mal como pensábamos. 
«Reírse y estar contento son dos caras de la misma moneda pero sonreír tiene diferentes facetas, se puede sonreír irónicamente. A nivel social, los niños recién nacidos sonríen y a los cuatro meses ríen», cita. Muñoz se adentra en la búsqueda de la felicidad, eliminando el perfeccionismo y quitándose los arquetipos sociales, ahora sólo queda que la gente empiece a reír y «sepa ser feliz».