Chengdú, la nueva hermana

Álvaro de la Paz
-

Page ha sugerido el hermanamiento de Toledo con la capital de la provincia china de Sichuan. La urbe y su entorno suman 11,3 millones de habitantes y forma una aglomaración urbana que se incluye entre las treinta mayores del mundo

A Chengdú le identifican los osos panda. El tesoro animal de China es la imagen más representativa de una ciudad de interior, ubicada en el suroeste del país, cuyo crecimiento se ha disparado en las últimas décadas y que basa en la tecnología su pujanza económica. El área metropolitana alrededor de Chengdú constituye uno de los espacios más poblados del gigante asiático, rebasando los once millones de habitantes. La población del propio núcleo urbano se estima en unos ocho millones. La transformación contemporánea de la urbe la ha convertido en el centro político, económico y cultural de la China occidental.

Conocida en el pasado como «tierra de abundancia», Chengdú remonta sus orígenes al siglo IV a. C. Durante la segunda guerra mundial, el gobierno de la nación abandonó Pekín ante el acoso del Japón imperial. La administración se estableció en la provincia de Sichuan, demarcación que incluye a Chengdú. Junto al aparato burocrático llegaron empresarios, científicos y académicos que fundaron algunas instituciones claves para su crecimiento. Sin embargo, el actual estatus privilegiado de la ciudad surge tras la decisión del Gobierno chino, en la década de los noventa del siglo pasado, de regar con privilegios e incentivos las iniciativas que tuvieran al oeste del país como beneficiario. Desde entonces, Chengdú ha experimentado un fuerte desarrollo económico que lo ha convertido en el principal centro financiero, educativo, científico, tecnológico, comercial y de comunicaciones de la zona.

La maquinaria, la electrónica, la metalurgia, los productos farmacéuticos, los derivados químicos, la alimentación y el textil son las principales industrias de la ciudad. El pujante sector servicios de Chengdú se basa principalmente en las comunicaciones, el transporte, los servicios financieros y de seguros, el mercado inmobiliario y el turismo. Se prevé que la población de Chengdú continúe creciendo a un ritmo constante en las próximas décadas. La ciudad goza de un clima templado, muy lluvioso en verano, y tiene un coste de vida más bajo en comparación con otras aglomeraciones chinas. En 2020, se espera que la almendra central de la ciudad sume casi nueve millones de personas. En 2030, se espera que la población exceda los diez millones.

La semana pasada, durante el viaje que una delegación de Castilla-La Mancha realizó por la provincia de Sichuan, el presidente regional sugirió el hermanamiento entre Toledo y Chengdú. La ciudad china se podría incorporar así a la larga lista de urbes con las que la capital regional tiene lazos fraternales. Emiliano García-Page alabó a la posible hermana y destacó su «crecimiento urbanístico a escala humana» y la sensibilidad de su ciudadanía por «la ecología». El regidor castellano-manchego también ligó el carácter de ambos pueblos. Aunque lejanos en la distancia, el presidente los consideró próximos dado su espíritu compartido de acogida. Page etiquetó como afables a las dos ciudades y reivindicó el respeto que sus sociedades muestran por la cultura e historia.

Toledo (de Ohio) fue la primera ciudad en hermanarse con su homónima española. La ciudad del Medioeste estadounidense selló en 1931 su vínculo. Posteriormente, ya en la década de los setenta, sería Agen, en la Occitania francesa, la siguiente que engrosaría la lista. En 1981 le llegaría el turno a la ciudad israelí de Safed. Aquella firma devolvía el recuerdo de Sefarad; curiosamente, España no establecería relaciones diplomáticas con aquel país hasta 1986. Localidades como Aquisgrán, Damasco o La Habana también establecerían lazos de amistad con Toledo. La última, antes de Chengdú, sería la ciudad griega de Heraclión. A orillas del Mediterráneo, fue la cuna del Greco, colosal figura artística ligada a Toledo. El hermanamiento se firmó en 2015, coincidiendo con el Año Greco que conmemoró el cuarto centenario de la muerte del pintor manierista.

 

Un libro como regalo

El Gobierno de Castilla-La Mancha obsequió al alcalde de Chengdú, Luo Qiang, con una reproducción del primer libro que se tradujo del chino al español y que actualmente se conserva en la catedral de Toledo. Aún se desconoce qué titulo será, aunque desde el archivo y la biblioteca capitular señalan nueve posibles obras: Comentarios ilustrados sobre el cultivo del bambú, del crisantemo y de la orquídea; Capítulo 38 del Sutra budista Da Fang Guang Fo Huang Yuan; Shao Wei Da Tong Jian: Libro de historia general de Chin; Min Li Bu Zhu Jie Huo: Comentarios y notas sobre el calendario civil; Kun Yu Tu Shuo: anécdotas extraterritoriales con ilustraciones; Xin Fa Suan Shu: matemáticos nuevos; Sheng Jian Xin Zheng: Catálogo Patrum Societatis Jesu;  Wang Tui Ji-Xiong-Bian: Debate sobre taoísmo; o Ming Jie Quian-Jia-Shi: Colección de poesía con comentarios de la dinastía Ming.