La derrota del pasado domingo en el Salto del Caballo frente al Barakaldo no ha cambiado la forma de entender el juego para el CD Toledo. Al menos eso se puede extraer de las palabras de Txomin Barcina, uno de los más destacados el otro día, que pide confianza en un equipo que se va a mantener fiel a su estilo en el siguiente partido en el campo de Urbieta, ante el Gernika. Yes que, el tropiezo lo ve como «algo del fútbol», a pesar de que supuso un duro golpe porque «creíamos que todo iba a salir perfecto porque teníamos mucha ilusión». De este modo, no queda otra que «corregir errores y mantener la idea que quiere el entrenador».
Un Onésimo Sánchez que ayer se detuvo en esos fallos que costaron los tres puntos. El extremo riojano no desvela muchos detalles del entrenamiento, pero sí reconoce que «el míster es un muy claro, tanto para lo bueno como para lo malo», así que todo gira en torno a «no regalar situaciones de gol a los rivales», como se hizo con el Barakaldo.
Además, desde su punto de vista, aunque «se vieron cosas muy positivas, todavía falta tiempo para acoplarnos porque somos casi todos nuevos y el movimiento se ve andando». Por tanto, una de las claves para salir victoriosos de tierras vizcaínas es «apretar y tener la presión alta para luego alternar el juego por las bandas con el interior, ya que me parece que podemos crear peligro por varios sitios».
Barcina no tiene muchas referencias del Gernika más allá de un conjunto «aguerrido como todos los del norte», pero sí que sabe que va a jugar en un campo de reducidas dimensiones y de césped sintético. Según dice, «lo peor que se puede hacer es poner excusas, así que iremos con la misma mentalidad para ganar porque lo necesitamos y tenemos suficientes armas». La principal, «mantener la concentración desde el minuto 1 hasta el 90 y cometer los menos errores posibles». Por su experiencia personal de una temporada en el Huracán Valencia, «creo que todos estamos preparados para jugar en artificial y esta semana estamos trabajando esas características».