La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Quintanar de la Orden decretó ayer prisión provisional comunicada y sin fianza para Z.P.T., la mujer que presuntamente mató a su bebé tras degollarlo en la capilla del cementerio municipal de  La Villa de Don Fadrique (Toledo).

   La mujer, que fue detenida  tras cometer presuntamente el filicidio, ha sido imputada de forma provisional como presunta autora de un delito de asesinato, según el Tribunal Superior.

 Los hechos ocurrieron en la mañana del pasado 12 de agosto. Un trabajador municipal fue el encargado de alertar a la Policía al percatarse de que en las inmediaciones del camposanto había una mujer en estado de shock. De hecho, él mismo encontró al niño muerto en el interior de la iglesia.

Al parecer, la presunta agresora que tiene otra hija de tres, irrumpió a primera hora de la mañana en casa de su madre para llevarse a los dos pequeños con ella. Se baraja la posibilidad de que estuviera sufriendo una crisis posparto, según el relato de la madre de la parricida, quien aseveró que el comportamiento de su hija era extraño desde hacía varias semanas. De hecho, aseveró que cuando la vio tras el arrestó y le preguntó por qué había cometido el crimen ella contestó que «tenía que salvar el mundo».

«Debía tener mucho mal en la cabeza», recalcó la abuela del pequeño fallecido. «Desde que nació el chico, no era ella», zanjó. De su relato se desprende que hace un mes el estado de la presunta filicida empeoró y  estuvo ingresada «en el psiquiátrico preventivo de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), pero le dieron el alta tras no diagnosticarle nada». Aún así, confirmó que «se estaba tomando la medicación» y se lamentó «ha sido una chica normal». La madre de la detenida  insistió tras los hechos que le dijo a su hija que no se llevara a sus hijos, pero solo pudo retener a su lado a la mayor: «Le he dicho que no estaba en condiciones de llevarse a los niños, pero ha cogido, ha subido, me ha empujado y me ha tirado por las escaleras».