La primavera...come su oferta

Jorge Fraguas
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Son muchos y variados los alimentos que llegan en estas fechas a los mercados. Aunque la mayoría están disponibles todo el año, sus propiedades pueden resultar ahora especialmente beneficiosas

Dice el refrán que la primavera la sangre altera... y aunque muchas veces los refranes se contradicen entre sí, parece que ese no es del todo falso, ya que el incremento de luz que se experimenta desde mediados del mes de marzo implica un aumento de serotonina, que si bien es la hormona de la felicidad, su aumento puede suponer que el cuerpo y la mente necesiten un periodo de adaptación hasta que se regulan y nos adaptamos a los nuevos niveles de luz, tal y como indica la psiquiatra toledana Ángeles Sánchez Cabezudo, profesional del complejo sanitario de Toledo.

Ese periodo de adaptación conlleva la tradicional astenia primaveral, que no se da en todos los casos, pero que afecta en mayor medida a las personas que sufren problemas de ansiedad o trastornos afectivos, ya que ese incremento del nivel de serotonina puede producir desajustes que conllevan a esa especie de depresión que, como agrega la psiquiatra, no es tan difícil de combatir. Dejar a un lado la pereza y hacer ejercicio al aire libre, dar al cuerpo esa demanda de más calle que nos pide para disfrutar de los beneficios de la mayor luz y una buena alimentación, con menos calorías que en verano, pero rica en proteínas son sus principales recomendaciones. «La astenia primaveral tiene que ver con los mecanismos de adaptación a la nueva estación. Suele ser bastante poca cosa y se controla haciendo ejercicio y tomando los nutrientes adecuados», apunta.

En este sentido, y aunque Sánchez Cabezudo recuerda que hay que comer bien, y de todo, durante todo el año, como venimos diciendo en esta sección, la naturaleza es sabia y si bien muchas veces los humanos no miramos por su bienestar, ella sigue siendo generosa -y esperemos que no se canse nunca- y pone a nuestra disposición una serie de alimentos que a pesar de que se pueden encontrar en los mercados todo el año, es ahora cuando en mayor medida debemos consumir porque son de temporada y están más frescas, conservando por tanto mejor sus propiedades.

Para ayudar a refrescar esa sangre que se calienta para adecuarse al periodo estival, llegan verduras amargas como las alcachofas, que se abaratan con respecto al resto del año. Su poder radica en su efecto depurativo, además de que dispone de vitaminas del grupo B, así como hierro, magnesio, fósforo o potasio. Otro de los alimentos de estas fechas son los espárragos verdes, que por fin se ponen al alcance de la mayoría de los bolsillos.  Como las alcachofas son ricos en potasio, lo que ayuda a depurar el organismo, como el resto de alimentos amargos, además de que apenas tienen calorías, con poco más de 20 por cada 100 gramos de producto. Además son ricos en vitamina C, que es una de las que luchan en mayor medida contra la oxidación de las células, motivo de enfermedades tan graves como el cáncer, y E, que previene la degeneración del corazón.

Son alimentos, ambos, que más o menos caros, se pueden encontrar en todas las épocas. Más difíciles de conseguir si no son congeladas son las habas, que si bien están muy ricas fritas, se pueden cocinar con otros métodos que permiten disfrutar de sus beneficios sin incrementar los kilos.  Su consumo ayuda a eliminar grasa de las arterias, disminuyendo el nivel de colesterol. Y típicos también de la primavera son los guisantes, aunque igualmente, sobre todo congelados, se pueden consumir todo el año. Aunque se suelen considerar como una verdura, en realidad son leguminosas, lo que ocurre es que al no ser seca, su valor calórico es inferior al de las legumbres tradicionales. Entre sus propiedades se encuentra la capacidad para mejorar la circulación, controlar los niveles de azúcar en la sangre y sin ricos en proteína vegetal, esa que tantas veces se olvida en beneficio de las carnes y pescados.

 Puerros, lechuga, zanahorias, cebollas o calabaza son otras de las verduras cuyo consumo está especialmente recomendado para la época primaveral. Pero son muchos los que, por motivos diferentes, no son grandes consumidores de verdura. En general, quien no tiene el hábito de proveerse de nutrientes mediante su ingesta, tampoco son muy amigos de las frutas, pero siempre son más llevaderas de comer por su dulzor, lo que las hace más fáciles de comer en forma de postre.

Son varias las que surgen en estas semanas, unas antes y otras un poco más adelante, y cuyo consumo es más que recomendable.  Se trata de las fresas, las cerezas o las ciruelas, frutas rojas ricas en antioxidantes y que favorecen la circulación. Las fresas son un potente antioxidante por su aporte en vitamina C, pero también tiene minerales como el cobre y el magnesio; las cerezas, ricas en antiocianinas que, como el resto de flavonoides, ayudan contra los denominados radicales libres, son muy buenas para prevenir el envejecimiento; mientras que las ciruelas van en la misma línea, pero, además, actúan contra el estreñimiento. También tienen contenido en hierro, lo que puede servir contra la anemia, y favorece la secreción de los pulmones.

Otras de las frutas típicas de primavera, aunque se pueden consumir todo el año, sobre todo el plátano, son esa fruta típica de Canarias, los melocotones, que tienen su momento más fuerte un poco más avanzada la estación, o los aguacates, cuya principal baza es su cantidad de proteínas, un alimento, por tanto, que viene bien especialmente ahora que necesitamos menos calorías pero una buena dosis de proteína y que permite lograrla sin abusar de la carne o el pescado. En cuanto a los plátanos, su aporte en hidratos permite meter ‘gasolina’ al cuerpo de forma saludable y aunque tienen más calorías que las frutas más habituales, su contenido en agua también es notable. Ricos en potasio, ayuda a mantener un buen estado de nervios, sin olvidar su aporte para la salud del corazón y los músculos. Y en relación con los melocotones, además de que están muy ricos, también son antioxidantes, y entre sus propiedades destaca la capacidad que tienen para cuidar nuestro estómago por su riqueza en carotenos -que le dan ese color- y la salud de nuestra boca.

Muchas y variadas opciones alimentarias para combinar con esa ‘obligación’ de salir a la calle y empezar a hacer ejercicio, el que no lo haga todavía. Aprovecha los alimentos que nos ofrece la naturaleza. Son la mejor opción.