Un vecino de San Román de los Montes de 91 años se ausentó el martes de la cena en la Residencia de Mayores Nuestra Señora del Buen Camino y se dispararon entonces las alarmas. Finalmente, se descubrió que con motivo. En este sentido, al poco de iniciar la búsqueda del anciano, un vecino localizó al desaparecido flotando en un pozo. Los servicios médicos certificaron el fallecimiento del residente, a quien ayer practicaron la autopsia y enterraron en este municipio de la Sierra de San Vicente.

Los servicios de emergencias recibieron a las 21,12 horas el aviso de que había aparecido un cuerpo flotando en un pozo localizado en una zona de huertas, a tan sólo 500 metros del casco urbano de San Román de los Montes, término municipal ubicado a alrededor de 15 kilómetros de Talavera.

Una dotación de los bomberos del Parque de Santa Olalla intervino durante tres horas para rescatar el cadáver. Concretamente, los agentes desplazados, que utilizaron tres vehículos (una autobomba rural pesada, una autobomba rural ligera y una unidad ligera de jefatura) actuaron entre las 21,14 del martes y las 00,07 horas de ayer. Junto con ellos, estuvieron los servicios médicos y los agentes de la Guardia Civil.

en plenas facultades. El alcalde de San Román de los Montes, Francisco Sánchez, comentó ayer a este diario que la víctima, natural de esta población de la sierra, se encontraba en plenas facultades y tenía libertad «para entrar y salir» de la Residencia de Mayores de Nuestra Señora del Buen Camino. En este sentido, acostumbraba a visitar un huerto de su propiedad, que se encuentra cerca del lugar donde fue hallado ayer sin vida. A este respecto, el regidor apuntó que el pozo está siempre cerrado, por lo que puede ser que fuera la propia víctima quien abrió el brocal.

Un vecino de la localidad que participaba de la búsqueda de la víctima encontró finalmente pasadas las 21 horas el cadáver de este nonagenario, quien había salido durante la tarde a dar un paseo tal y como acostumbraba.

La autopsia fue practicada en el anatómico forense de Toledo y, posteriormente, fue enterrado en el cementerio de San Román de los Montes.