Precedente para el peatón

Dani Pérez / Talavera
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En 1999 se peatonalizó totalmente la calle San Francisco a cargo del popular Florentino Carriches en medio de un cierto revuelo • 16 años después, nadie discute esa decisión y la pelota pasa a la Corredera

El debate que se ha abierto en la ciudad sobre peatonalizar parcialmente o no la plaza del Reloj y la calle Corredera del Cristo tras la conclusión de las obras de remodelación financiadas con los fondos europeos del  Plan Urban se encuentra estancado. Si bien son muchos los que apuestan por esta iniciativa tras ver la ‘vida’ que registró la zona en la campaña navideña, otros están totalmente en contra de esta medida. Comerciantes y vecinos de la zona son los que más se han implicado en una decisión que se ha convertido en algo más que en peatonalizar parcialmente una calle ya que los bandos están bien diferenciados. Una polémica que también surgió en 1998 cuando comenzaron los trabajos para peatonalizar la calle San Francisco mientras gobernaba el popular Florentino Carriches.

La edil encargada de conseguir el dinero suficiente para llevar a cabo ese proyecto y otros muchos en la ciudad fue la actual senadora por Toledo Carmen Riolobos quien no recuerda tanta polémica ante la decisión de peatonalizar la segunda fase de la calle San Francisco (desde la iglesia hasta la antigua carretera nacional) sus adyacentes Ramón y Cajal y Delgadillo así como la Trinidad que finalmente se llevó a cabo en 1999. «Es verdad que hubo un cierto revuelo pero no tanta polémica. Los comerciantes, y sobre todo las personas mayores de la zona, se quejaron porque al principio había algunas dudas pero luego se estableció un horario de carga y descarga razonable y el comercio resurgió en la zona», aseveró Riolobos.

Bien es cierto que la época y la zona es diferente pero, a día de hoy, los talaveranos están contentos con la peatonalización total de la calle San Francisco. «Cuando se habló por primera vez de esta posibilidad fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo, entre ellos me incluyo, sin embargo muy pronto nos dimos cuenta de las ventajas que ofrece para la ciudad y para nosotros una vía sin coches», indicó a este diario Raúl Rodríguez, un vecino de 63 años. Como él, la gran mayoría de los comerciantes y residentes en la zona aceptaron que la decisión había sido correcta y, a partir de ese instante, los paseos por la zona o las charlas en los bancos, situados en el nuevo tramo de la vía  peatonal en ese mismo momento, se convirtieron en gestos frecuentes que se repiten a día de hoy.

Riolobos reconoce que las zonas son diferentes y que ahora la ciudad cuenta con bastantes más aparcamientos de los que había antes. Sin embargo, confía en el saber hacer del alcalde, Jaime Ramos, para solucionar este conflicto contando con la opinión de comerciantes, vecinos de la zona y demás talaveranos que tengan algo que decir sobre esta actuación.

Revisable. Desde el Ayuntamiento indicaron desde un primer momento que la peatonalización  sería «parcial y revisable». Es decir,  el tráfico rodado no podría circular por la plaza del Reloj y la Corredera del Cristo desde las 15 horas del sábado hasta primera hora de la mañana del lunes. Un planteamiento que podría ser revisado unos meses después si comerciantes y vecinos de la zona se ven  perjudicados por este hecho.

Tal ha sido la expectación que ha levantado esta situación que incluso en el escaparate de un local vacío de la Corredera se invitaba a la población a dar su opinión sobre si es necesario peatonalizar la zona o no. Tan dividida está la gente que muchos de ellos piden  una consulta vecinal para tomar una decisión. «Lo suyo sería que todos los talaveranos diéramos nuestra opinión igual que lo hacemos cuando votamos. Por esta zona caminamos todos y no solo perjudica o beneficia a los comercios», precisó Javier López, un vecino del barrio de Patrocinio.

En la tarde del viernes el tráfico rodado regresó a la plaza del Reloj y a la Corredera del Cristo después de que permaneciese cortado desde finales del mes de septiembre  con el inicio de las obras del Plan Urban. Tras la fuerte presión que han realizado comerciantes y colectivos vecinales al Ayuntamiento para que los trabajos finalizasen cuanto antes y los vehículos volviesen a circular en la zona para que los establecimientos empezasen a recuperar parte de todos los ingresos que han perdido durante estos cuatro meses y medio, una ‘normalidad relativa’ ha regresado a la zona a falta de que se terminen todos los trabajos y se instalen los bancos y demás mobiliario urbano.

Sin embargo, por debajo subyace la polémica de peatonalizar la zona o no en la que hay muchos intereses y muchos implicados. El Ayuntamiento ha prometido escuchar a todos los afectados y decidir lo que elija la mayoría pero siempre habrá una gran minoría que se sentirá perjudicada por esta decisión.