La directora general de Planificación, Ordenación e Inspección Sanitaria, María Teresa Marín, llevó ayer la voz de la administración regional a Santander, donde la iniciativa de Castilla-La Mancha vuelve a liderar por tercer año consecutivo el debate científico sobre la Esclerosis Múltiple. Dirigido por Diego Clemente, investigador principal del Grupo de Neuroinmuno-reparación del Hospital Nacional de Parapléjicos, y organizado conjuntamente con la Asociación de Esclerosis Múltiple de Toledo, ayer arrancó en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el curso «Nuevos avances y desafíos en esclerosis múltiple». Es la tercera edición de un curso por el que pasan durante tres días los principales investigadores nacionales e internacionales de una enfermedad neurodegerativa que afecta en España a más de 47.000 personas.

La responsable de la administración regional se refirió en la inauguración del curso al reto que supone para la sanidad pública la atención a las enfermedades crónicas, en el caso de la esclerosis múltiple porque además de no tener por el momento curación, genera discapacidad, lo que requiere apoyo para el afectado y para su entorno, y presenta una gran heterogeneidad, obligando además a un abordaje multidisciplinar.

El reto de la enfermedad. «Es un reto para la persona afectada, pero también para las administraciones», señaló María Teresa Marín que aludió también a que esta enfermedad fuerza a que los profesionales estén permanentemente en formación en muchos aspectos. No obstante, recordó los avances que se han registrado en la investigación y el tratamiento clínico de esta enfermedad; «el futuro es muy esperanzador», señaló, para destacar el papel de la ciencia en los progresos que se registran y la contribución de los propios pacientes: «Cada vez contamos con pacientes más formados, cualificados y concienciados en el cambio del modelo sanitario».