Cáritas ha acogido en su albergue a 465 personas en 2018

Leticia G. Colao
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La labor de Cáritas Talavera se centra en el albergue 'Virgen de Guadalupe', en el Servicio de Estancia Diurna 'Alfar de Jesed' y en el comedor social donde ya han atendido a 3.300 familias

Cáritas ha acogido en su albergue a 465 personas en 2018

El albergue ‘Virgen de Guadalupe’ que Cáritas Diocesana gestiona en el barrio de Patrocinio ha acogido en lo que va de año a un total de 465 personas sin hogar, de ellas 30 mujeres. En este centro se hace acogida a las personas que llegan primero al Servicio de Estancia Diurna ‘Alfar de Jesed’ y cuenta con un total de 20 plazas más una de los voluntarios, explica a La Tribuna el sacerdote y responsable de Cáritas Talavera, Vicente Domínguez.

En el albergue, en  la calle San Cristóbal, hay distintos procesos de acogida. El más habitual es de aquellos transeúntes en movilidad constante, que sólo reclaman refugio por dos o tres días y que después continúan su camino; para ellos, hay un total de 10 plazas; otras seis se destinan a los que entran con la campaña de invierno «para que no sufran los rigores del frío sin unas condiciones mínimas» y que pueden alargar más su estancia. Curiosamente, explica Vicente Domínguez, tan sólo hay una plaza ocupada de media estancia, ya que «mucha gente prefiere dormir en la calle, en casas ocupadas a veces sin higiene y sin salubridad, pero el valor que ellos le dan a la libertad y al poder beber o consumir está por encima de un techo caliente, comida, ducha y ropa y de una convivencia mínima» en un centro en el que se prohíbe «que vayan drogados o alcoholizados porque es un peligro para los demás». En este grupo también se incluyen aquellos usuarios que están inmersos en un proceso de «recomposición personal» después de fuertes rupturas familiares o profesionales; viven en este albergue sus primeras fases y que se desplazan a un piso tutelado en su última etapa «ya como preparación a su independencia e incorporación a la vida social por sí mismos».

Las cuatro plazas restantes son para mujeres, que cuentan con baño propio. También hay baño de hombres, una sala de televisión y un comedor, explican.

La labor de Cáritas es esencial también en situaciones de urgencia, cuando los Servicios Sociales se ven sobrepasados o se trata de un caso extremo. Así, Domínguez explica que hay algunas situaciones como un desahucio o la salida  sin recursos de un hospital, con la presencia incluso de menores, en las que la institución busca un alojamiento de emergencia como un convento o una pensión a los que se hace frente «con los fondos de la institución».

El albergue ‘Virgen de Guadalupe’ es el paso posterior a una atención de acogida que se inicia en el Servicio de Estancia Diurna ‘Alfar de Jesed’, ubicado en Portiña del Salvador.

En este centro se hacen seguimientos y acompañamiento de los casos de media estancia, acogidas de la gente de paso, acompañamientos al servicio público de conductas adictivas y de lunes a viernes hay  un taller por la mañana y otro por la tarde, entre ellos actividades útiles para la autonomía en su vida diaria como cocina, prensa, mente en blanco, modelar esculturas, taller de manualidades, salidas culturales y talleres más introspectivos focalizados especialmente sobre cómo salir de las adicciones como recursos personales o motivación y superación personal.

‘Alfar de Jesed’ permanece abierto entre las 9 hasta las 13 horas -que se van a comer- y desde las 14 hasta las 18 horas. Asimismo, de 9 a 10 ofrece el servicio de duchas para la gente que lo necesita.

comedor social. El comedor social que Cáritas gestiona en la calle Fernando de Rojas es el servicio más utilizado, con unas 3.300 familias o lo que es lo mismo, alrededor de 11.000 personas en lo que va de año. Se trata de una cifra demoledora que, no obstante, «ha mejorado un poquito» con respecto a otros años, según explica Domínguez.

Desde las instalaciones de Cáritas Talavera, donde se gestiona el servicio de acogida y el de comedor, atienden a las personas de Talavera y algunos municipios de su comarca que reclaman este tipo de servicios. Según explica Domínguez, el comedor dispensa la comida de tres formas diferentes, dependiendo de las necesidades de los usuarios. Así, algunos, «la minoría», comen directamente en la sede de Cáritas; otros se llevan la comida a casa en pequeños recipientes o ‘tupper’ y un tercer grupo que recoge los alimentos en bolsa y posteriormente los preparan en casa.

«Con respecto a otros años, está mejorando un poquito, vemos que hay menos gente que se acerca a nosotros, que ha encontrado un trabajo aunque sea temporal... hay un pequeño motivo de esperanza porque está viniendo menos gente a nuestra institución», asegura el también párroco de San Andrés.