Carlos Aranda arranca el certamen novillero

Dominguín/Illescas
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Los novillos de Criado Holgado facilitaron la labor a los chavales. Más de dos mil personas asistieron a la primera novillada celebrada en Illescas

Carlos Aranda arranca el certamen novillero

Un ciclón paso por Illescas el domingo en el certamen ‘Soy noviller@’ de nombre Carlos Aranda, ciudadrealeño que se entretuvo en cortar cuatro orejas en la primera novillada del ciclo. Potente actuación la del chaval que trajo al cubierto coso una nutrida clac que le arroparon desde el primer lance hasta su salida a hombros del coso.

Aranda sorteó dos novillos de diferente condición, el primero boyante y obediente a los engaños comenzando de forma vistosa con el capote. Participó en quites en sus reses pero también en los de sus compañeros utilizando lances variados que animaron a los espectadores.

En el trasteo fundamental estuvo decidido y firme con un novillo que se desplazaba sin codicia donde le marcaba la muleta del daimieleño. Cuando ligó muletazos con la diestra, Aranda mecía la embestida del eral que repetía una y otra vez. Quizás no tuvo toda la ortodoxia de torero de arte o pellizco pero se le vio, en novillero, una cualidad que falta hoy en día y que el aspirante derrochó por los cuatros costados.

Su empeño en agradar y la disposición mostrada hizo que tras una contundente estocada le fuera premiada su labor con las dos orejas del de Criado Holgado, que fue aplaudido en el arrastre. Clamorosa vuelta al ruedo del novillero que disfrutó de lo lindo con el apoyo que le demostró el público.

En el que cerró plaza, Carlos Aranda fue todo disposición, pues su enemigo, algo soso, no tuvo una clara condición para el lucimiento, pero sí oficio aprendido a base de torear. El toreo lo basó de cara a la galería  que acompañaba cada muletazo del de Daimiel con olés y olés hasta la extenuación. El aspirante pasó del toreo al desplante y los alardes a la galería que lo rubricó con una estocada fulminante en la yema del animal tras tirarse de forma decidida entre los pitones del animal. Otras dos orejas al esportón que esta vez paseó acompañado del ganadero, colocándole en parrilla de salida para ser seleccionado en la final del certamen.

Abrió plaza Rafael Reyes,  alumno del centro taurino ‘Iván Fandiño’ de Guadalajara al que le correspondió romper el hielo de la tarde ante un novillo con movilidad y cuajo que se movió toda su lidia. Solvente con el capote pero sin ajustarse, correspondió en quites con su predecesor del cartel con más disposición que lucimiento. No tuvo su tarde en banderillas, quizás por los nervios del momento que intentó apaciguar cuando cogió la franela tras brindar su enemigo al apoderado Néstor García. Comienzo con toreo de largo dejando llegar al eral a la muleta y desplazándole desde el centro del ruedo todo lo que las acometidas le propiciaban. Pero cuando llegó el momento del toreo fundamental la cosa bajo intensidad y el novillero dejó de conseguir trazos limpios y sin enganchones. Quizás el ensimismo de su toreo le hizo no concretar su faena que, pese a sus ganas, se quedó en eso solamente. No estuvo lucido con la espada y obtuvo palmas del respetable.

Quiso enmendar su labor en el cuarto yéndose a la puerta de toriles a recibir al de Criado Holgado a portagayola y levantar los ánimos del público que ni con esas se inmutó. Buena cualidad del novillo que no consiguió tener enfrente a un torero con claridad de ideas en los primeros tercios. Cuando cogió la pañosa la cosa cambió a la bonanza de las embestidas del animal pero sin codicia en sus remates. Reyes no se compenetró con el eral y puso más disposición que ajuste y clase; voluntad la del novillero que no tuvo su tarde con la espada.

En medio del cartel actuaba David Garzón que según los carteles es de Illescas y consiguió en su primer oponente los lances más taurinos de la tarde. Ante un buen novillo con clase, el aspirante meció con la pañosa por ambos pitones con buenas cualidades pero frío en la respuesta con el público. Tras una estocada tendida paseó una oreja por el ruedo.

En quinto lugar sorteó un novillo que no le causó complicaciones a Garzón, quien estuvo toda esta lidia con nervios y sin claridad en su faena. Se dedicó a pegar pases y pases al eral sin conectar con los tendidos que impasibles veían como no les llegaba la frialdad y toreo del matador. Todo esto encima se volvió en su contra al fallar en varias ocasiones con el acero, silenciándose su labor.

Buen comienzo del certamen para Carlos Aranda y desilusionante para los otros dos novilleros que encontraron en Illescas una oportunidad de las pocas que se dan hoy en día a los noveles. Buen trabajo el de Castilla-La Mancha Televisión y el de la empresa formada por la familia Lozano junto a los matadores de toros Manuel Caballero y Manuel Amador.