Cómo detectar un buen guion en dos minutos

I.G.Villota
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Los guionistas Patxi Amezcua, Juan Ramón Ruiz de Somavía y Carlos Molinero leyeron los guiones de los cortos de casi una veintena de jóvenes para asesorarles en la construcción de sus historias. Amezcua invita a «mostrar en vez de contar»

¿Imaginas un mejor asesor que Luis García Montero si escribes poesía? ¿Y si te gusta el cine español y te diese una clase Pedro Almodóvar? Pues algo así sucedió ayer en Toledo, en el espacio cultural Urbana 6, donde tres importantes guionistas del panorama nacional como Patxi Amezcua, Juan Ramón Ruiz de Somavía y Carlos Molinero pasaron dos horas con jóvenes estudiantes de imagen, sonido, guion y otras disciplinas para asesorarles acerca de los guiones de sus cortos. Cada uno de ellos tuvo unos 20 minutos exponer brevemente su proyecto y recibir sugerencias. Así lo hizo Celia, de 20 años, quien planteó con «muchos nervios» la idea de su cortometraje basado en  la enfermedad terminal de una chica y cargado de «metáforas surrealistas» contadas a través de sueños.  La cita se enmarcó en el festival del Cine y la Palabra (Cibra) de Toledo.

Patxi Amezcua explicó a La Tribuna que una buena historia se puede detectar en apenas dos minutos de exposición. «En ese tiempo ves si es algo original, diferente, si es interesante, si es un cliché... Lo que es realmente original e interesante llama rápido la atención», comentó, incidiendo en que ha detectado que los jóvenes en la actualidad tienden a escribir historias similares basadas bien en «situaciones personales y familiares» o «en imitaciones de películas que les han gustado».

Por eso les invitó a apostar por el ingenio y la originalidad, especialmente cuando se trata de cortometrajes. «En un corto vale todo y lo fundamental es el ingenio porque no tendrás un gran presupuesto ni grandes actores, será algo más casero», apunta. «Tienes que compensarlo con una buena idea que en cinco o diez minutos de audiovisual se convertirá en una muestra de su trabajo, lo que puedes enseñar en un momento dado a productores», dijo.

El guionista y director, autor de textos como ‘Séptimo’ o ‘25 kilates’, recomendó a los estudiantes «mostrar en vez de contar» en el cine. «Es un arte visual y no consiste en contar las cosas sino en mostrarlas en imágenes y en otros elementos. No ser obvio ni explícito, que haya subtexto», comentó.

Por eso consideró «tremendamente interesante» la iniciativa planteada ayer por el Cibra, que profesionales de su talla, quienes han escrito numerosos guiones y leído otros cientos, puedan escuchar las historias de chavales que están empezando. No solo eso, apuntó Amezcua, indicando la importancia de que los chicos y chicas «se quiten los miedos, poniéndose delante de profesionales y hablando con nosotros sobre sus proyectos».

De hecho, indicó, es esta la manera de darte cuenta si lo que has escrito es interesante o hay que reformularlo. «Cuando explicas algo ves si funciona o si tiene fallos. Es la mejor forma de descubrir las carencias», dijo.

Por su parte, Carlos Molinero, director y guionista de ‘Salvajes’, incidió en la importancia en el cine de llevar «los conflictos al extremo», conflictos que pueden ser emocionales y no físicos, aclaró, además de destacar que es clave mostrar dado que «a la hora de rodar los procesos mentales de los personas no se ven».

Ruiz de Somavía, artífice de exitosas series como ‘Siete vidas’ o ‘Aída’, incidió en este asunto, convencido de que en el cine siempre «hay que ir a lo máximo» tratando de evitar «las matizaciones». «Si la persona que tiene enfrente el personaje es el amor de su vida se tiene que notar que es el amor de su vida, no puede parecer que es un amor sin más», indicó.