El sacerdote lamentó en su pregón que, a pesar de que con la Navidad "llega a Talavera el regocijo y la alegría porque los peregrinos de Belén, María y José, vedrán pidiendo posada", este año "pasarán por la puerta de nuestra iglesia" y no se les podrá acoger. El párroco lamentó el suceso acaecido el pasado octubre, pero se mostró convencido de que la iglesia "renacerá de sus propios cimientos".