Michael Noone: «Realizar un inventario musical de la Catedral de Toledo es esencial»

A. de Mingo Lorente
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El prestigioso musicólogo australiano, catedrático del Boston College y director del Ensemble Plus Ultra, interpretará en la Catedral de Toledo el próximo 7 de abril la Misa de Réquiem del compositor Cristóbal de Morales

Michael Noone: «Realizar un inventario musical de la Catedral de Toledo es esencial»

¿Por qué precisamente este compositor y no Tomás Luis de Victoria, a quien tantos esfuerzos ha dedicado?

Por varias razones. Es cierto que pensé en el gran Réquiem de Tomás Luis de Victoria, una verdadera obra maestra, pero lo descarté porque este compositor no pisó tierras toledanas, ni fue maestro de capilla de su Catedral. En cambio, pese a que Cristóbal de Morales (ha. 1500-1553) vivió antes que el Greco, son varios los puntos de su biografía que coinciden con el pintor: fue un creador con horizontes cosmopolitas, formado durante una década en Roma, nada más y nada menos que en la Capilla Papal, desde donde eligió instalarse en Toledo. ¿Entiende? El mismo viaje que realizaría el Greco años más tarde. Según Juan Bermudo, el gran teórico de la música del siglo XVI, Cristóbal de Morales fue «la luz de España» y su música, que en buena medida se conserva en el Archivo de la Catedral, posee unas características muy espirituales. Entra directamente al corazón, a la sangre. Cuando empleo estas palabras (aunque la música de Morales no posee la intensidad dramática de la obra del Greco), pienso en el pintor. Ambos, lógicamente, no se conocieron, pero era esta música la que se escuchaba en Toledo cuando el Greco decidió instalarse aquí, así que todo tenía sentido: Morales era la mejor opción.

La analogía con el Greco también es inevitable al hablar del reciente simposio de musicología celebrado en el Conservatorio Jacinto Guerrero y en el que usted ha participado. ¿Cuáles son sus conclusiones?

Opino que ha sido un gran éxito, sobre todo, por su interdisciplinariedad, por la voluntad de dar voz a estudiosos de campos muy distintos, desde el uso de los instrumentos en el siglo XVI hasta el tipo de ceremonial de la época. Sin embargo, el que este gran encuentro de expertos musicales se haya producido durante el homenaje a un pintor -cuando Toledo podía haber aprovechado los centenarios de varios compositores toledanos durante los cuales no se hizo nada- me lleva a pensar hasta qué punto vivimos en un mundo dominado por la imagen. Creo que la Fundación El Greco 2014 y estudiosos como Carlos Martínez Gil han aprovechado esto con inteligencia y organizado un simposio que vuelve a subrayar una realidad: el patrimonio musical de este país, y de esta ciudad más concretamente, es enorme. Desgraciadamente, a diferencia de lo que sucede con un edificio o una pintura, la música es efímera: hay miles de documentos musicales que permanecen sin estudiar en los archivos.

¿Son, por tanto, el gran reto los archivos?

Claro. Las partituras que se conservan en ellos son importantes, pero también todo tipo de documentos, desde libros de gastos hasta inventarios de instrumentos. Lo que sería fundamental es formar un catálogo de manuscritos musicales toledanos. No tenemos ni una sola edición crítica dedicada a un maestro de capilla de esta Catedral, que fue, repito, tan destacada dentro de la historia musical española. Lamentablemente, en Toledo no hay ninguna institución centrada en el estudio de este rico patrimonio, aunque en el simposio sí que hubo especialistas interesados en estudiarlo. Tengo que decir que me sorprendió la calidad de algunas de las intervenciones.

¿Por su especialización?

Más bien, por todo lo contrario: por ser capaces de abarcar campos muy diferentes entre sí. En esta época tan especializada, donde cada vez resulta más difícil escapar de las etiquetas que imponen las instituciones, incluidas las universidades, es estupendo escuchar a jóvenes como Isidoro Castañeda [Archivo Capitular de la Catedral], que demostró tener una formación que va mucho más allá de la archivística y que abarca conocimientos de liturgia, latín, conceptos musicales de la época... Hace años, no era habitual encontrar profesionales con esta preparación. Creo que en la música, como en todos los campos, el futuro es de los jóvenes, que ahora poseen un mundo de posibilidades para formarse y para difundir sus conocimientos.  

Como fundador del Ensemble Plus Ultra, ¿en qué lugar cree que se encuentra la música antigua en España?

Tengo que reconocer que llevo casi diez años instalado en Estados Unidos y he perdido muchas de las referencias que tenía antes, aunque sigo en contacto con España a través de cursos universitarios y de músicos españoles con quienes coincido. También leo a menudo la prensa española y no me gustan nada algunas expresiones que he visto a menudo en los últimos años, como recortes, falta de apoyo a la cultura, desaparición de fundaciones... Lo más fácil es recortar, pero eso puede traer como consecuencia perder una generación, y lo perdido luego no se recupera así como así. Lo que sí puedo decirle sin temor a equivocarme es que los músicos españoles son ‘pata negra’, como se dice aquí. Y también el apoyo del público, porque eso se nota cada vez más en los conciertos. Lo que más hace falta en este país, hablo a nivel general, es un mayor convencimiento de que la música española y compositores como el propio Tomás Luis de Victoria se encuentran entre los mejores del mundo. No digo que todos los españoles tengan que ser melómanos, ni mucho menos músicos, sino que sean capaces de reconocer con orgullo que una parte de la música que es aplaudida en todo el mundo también es, en parte, suya. ¿Sabe que he dado clases, en Boston, a un hijo de Bruce Springsteen interesado en la música española? Seamos optimistas. Como antes le decía, Internet, eso que mi generación llama ‘nuevas tecnologías’ y que no son tan nuevas, es una puerta abierta al mundo. Hay decenas de piezas interpretadas por mi grupo que circulan en Youtube sin que nosotros hayamos subido ninguna. ¿Se da cuenta de lo que eso supone? Gracias a este mecanismo hay más personas escuchando a Tomás Luis de Victoria cuatro siglos después de su muerte que en sus propios tiempos.

Victoria, Morales, la Catedral de Toledo… Tendemos siempre a identificar el siglo XVI con la música religiosa. ¿Qué pasa con la obra profana que también tuvo que interpretarse entonces?

Es una buena pregunta, aunque, en el caso de Toledo, tenga en cuenta que la Catedral Primada tenía tanto poder que todos los músicos importantes eran empleados suyos... Lo que no quiere decir, efectivamente, que compusieran solamente obras religiosas. No me cabe duda de que ellos mismos, en sus casas, y el Greco entre ellos, también escuchaban música para entretenerse. De hecho, estamos en una ciudad en donde siempre había música en las calles, desde las campanas de las más de sesenta torres que entonces repicaban hasta los sacabuches tocados en ceremonias municipales. Estudiar los testamentos de los compositores toledanos permite apreciar que entre sus bienes había instrumentos como laúdes, vihuelas, arpas..., que no eran tocados durante el culto, sino privadamente. La música profana, eclipsada por el gran peso de la música sacra -aunque en realidad buena parte de la diferenciación entre ambas no se producía entonces, sino que es más bien cosa de nuestros días-, es un asunto pendiente.

Como especialista y como profesor, ¿qué campos recomendaría investigar a un alumno que decidiera centrar sus investigaciones en Toledo?

Pues mire, podríamos empezar precisamente por la música profana. En Toledo hay una magnífica institución que quizá pase algo inadvertida para los propios toledanos, la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, instalada en el Hospital de Tavera. Allí hay una documentación ingente sobre la música que sonaba en las casas de los nobles, desde partituras e información biográfica sobre los compositores hasta salarios de instrumentistas, precios... Sigue faltando un estudio sobre la industria de los lutiers o creadores de instrumentos toledanos durante los siglos XVI y XVII, que fue muy importante. ¿Qué hay en el Archivo Diocesano? ¿Qué sabemos sobre la música de los conventos? Al hablar de música conventual solemos pensar en religiosos masculinos, pero también había maravillosas composiciones para voces femeninas, e incluso había monjas compositoras. El año que viene se conmemorará el centenario de Santa Teresa, algo que permitirá insistir en esta idea. Por cierto: en el convento de la Encarnación de Ávila recuerdo haber visto una pequeña colección de instrumentos musicales. No existe nada parecido en Toledo por lo que yo sé, y creo que resultaría muy beneficioso y rentable.