Presentada la reedición del libro 'Los Danzantes y el Cristo de la Viga'

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La obra, revisada y ampliada por José Antonio Fernández, ha sido editada por el Ayuntamiento y la Cofradía del Cristo y se puede adquirir desde el pasado sábado

Desde el sábado, todas aquellas personas interesadas en conocer más sobre la fiesta del Santísimo Cristo de la Viga que estos días celebra Villacañas tienen una ocasión inmejorable para hacerlo, gracias a la reedición del libro de José Antonio Fernández Zaragoza y Teresa Álvarez Porras, ‘Los Danzantes y el Santísimo Cristo de la Viga de Villacañas’, que se presentó en la biblioteca municipal. El autor estuvo arropado por el alcalde, Santiago García Aranda; el párroco, Luis Lucendo; el mariscal de la Cofradía, José Antonio Sesmero; el académico de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Ángel Novillo; y un buen número de vecinos que no quisieron faltar a la cita, entre ellos los Danzantes del Cristo de la Viga.

El autor agradeció al Ayuntamiento y a la Cofradía haber asumido la reedición del libro, asegurando que «con su compromiso y responsabilidad están contribuyendo a que una de las tradiciones más antiguas y mejor conservadas del pueblo de Villacañas se perpetúe en el tiempo y quede constancia de forma escrita».

Fernández Zaragoza explicó que el nuevo texto presenta un completo panorama sobre los orígenes y el desarrollo de uno de los hechos etnológicos más destacados de Villacañas, al que se ha llegado a través del análisis de fuentes documentales y bibliográficas, de la observación y de cuestionarios y entrevistas a las personas protagonistas de la tradición, que conforman un «completo marco de investigación antropológica».

En la nueva edición se han corregido errores, actualizando y aumentando el texto con nuevos datos, a lo que el autor añadió un llamamiento a que otros investigadores sigan «escarbando en la historia en busca de nuevos hallazgos documentales» sobre la fiesta. Por último, animó a que Ayuntamiento y Cofradía lideren un proyecto que considera «necesario», una exposición permanente sobre la fiesta del Cristo de la Viga. Sus últimas palabras fueron para ofrecer esta nueva edición al pueblo de Villacañas, a su familia y amigos, con un recuerdo especial a las figuras de su padre y su hermano, ya fallecidos.

En su intervención, el alcalde destacó la importancia del libro que ahora se reedita, recordando que -junto al trabajo sobre la ‘Historia de Villacañas’, de Luis García Montes- el trabajo de Fernández Zaragoza es el único libro que ha tenido que volver a publicarse, algo que el autor ha hecho ampliando y actualizando datos, en un trabajo que le agradeció y por el que le felicitó especialmente. García Aranda insistió en la idea de que la fiesta del Cristo es un círculo en el que confluyen la Cofradía, la parroquia, el pueblo y a la que se suma, por supuesto, el Ayuntamiento, e invitó a todos a seguir indagando sobre la misma, preguntando a los cofrades y, por supuesto, leyendo este libro.

El alcalde expresó la importancia de la labor de la Cofradía, «garante de la tradición», y destacó la figura de su Mariscal, al que calificó como «un hombre llano, sencillo, de pocas pero certeras palabras, estricto cuando de conservar y guardar la tradición se trata, pero razonable e inteligente cuando de llegar a buenos acuerdos se refiere».

«La tradición también se guarda de esta manera, investigándola y escribiéndola», remarcó. Igualmente, tuvo palabras cariñosas para el párroco, del que destacó la colaboración que siempre demuestra con el pueblo, recordando además que uno de sus primeros actos en la localidad fue precisamente la presentación de un libro, en este caso escrito por Ángel Novillo Sánchez de Pedro y Ángel Novillo Prisuelos, a quien también saludó, destacando «su generosidad y su mucha sabiduría, que nos manifiesta con sus obras y publicaciones, que hacen patente esa pasión por Villacañas que comparte con el José Antonio Fernández».

Por su parte, Lucendo centró su intervención en la base religiosa de la fiesta, que pertenece, dijo, «a la entraña de la vida de la parroquia», recordando que esta representación «ayuda a muchos a acercarse a la fe».