Las Concepcionistas dicen adiós a más de cinco siglos en Escalona

J. Guayerbas
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Las últimas cinco religiosas del Monasterio de la Encarnación se despedían ayer de los feligreses. «Nos marchamos por falta de vocaciones», lamentaban desde la Comunidad

La Comunidad de Concepcionistas Franciscanas de Escalona escribía ayer la última página de una historia de más de cinco siglos de oración en esta localidad del Alberche. Las últimas cinco moradoras del Monasterio de la Encarnación han puesto punto y final al proyecto vocacional que comenzó en 1510 impulsado por el Marqués de Villena, don Diego López Pacheco.

La falta de vocaciones y el estado de salud de las religiosas, así como su avanzada edad, llevó a la Orden a replantearse hace unos meses su presencia y trabajo en Escalona. «Abandonar el monasterio es muy doloroso, llevamos en el pueblo más de cinco siglos, pero el Señor lo ha querido así», indica entre lágrimas Sor Inmaculada Pérez, una de las últimas concepcionistas franciscanas de Escalona.

La Orden de la Inmaculada Concepción echó raíces en el municipio en una pequeña casa-beaterio en 1510, en la calle de San Miguel, hasta que el 25 de julio de 1525, festividad de Santiago Apóstol, la Comunidad formada por 17 religiosas toma posesión del Monasterio de La Encarnación.

Esta edificación del siglo XVI en la que confluye el gótico tardío con el renacimiento ha sido desde entonces uno de los monasterios más emblemáticos de la Orden fundada por Santa Beatriz de Silva en el siglo XV y cuya Casa Madre se encuentra en Toledo, junto al Museo de Santa Cruz.

Emocionada y con pesar, Sor Inmaculada comenta que tres de las cinco religiosas iniciarán una nueva vida en el monasterio de la capital regional, mientras que otra madre ha sido destinada a Madrid y ella al Monasterio de Santa Úrsula de Alcalá de Henares.

«Llevo en Escalona 49 años, toda una vida, entiende que me emocione ¿verdad?», explica esta alcarreña mientras comparte algunos de sus recuerdos y sobre todo anécdotas de casi cinco décadas en La Encarnación. «Hemos luchado mucho para mantener el monasterio lo mejor posible, con trabajo y ayudas de aquí y allá», señala para agradecer el apoyo recibido del Arzobispado, la Junta de Comunidades, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento.

Custodias de la Patrona. Escalona no entiende su día a día sin las Concepcionistas Franciscanas, quienes hasta el pasado mes de mayo custodiaban en la clausura monacal a la Patrona, la Virgen de la Purísima Concepción Coronada.

Ahora, la imagen se venera en  una capilla lateral del templo parroquial, donde ocupa el camarín de un retablo de trazas barrocas. La devoción mariana de Escalona ha sido la última imagen coronada por el arzobispo, Braulio Rodríguez Plaza, en el transcurso de la celebración eucarística presidida por monseñor el 6 de junio y en la que una de las religiosas portó hasta el altar la presea de la coronación canónica.

Las Madres Carmelitas Descalzas, nuevas moradoras del Monasterio de la Encarnación

El Monasterio de la Encarnación de Escalona no cerrará sus puertas. En los últimos meses, la Orden de la Inmaculada Concepción se ha puesto en contacto con diferentes órdenes religiosas para ofrecer estas instalaciones y evitar su cierre, y por tanto, el deterioro por falta de mantenimiento y vida.

Tras varios encuentros y gracias, también, al párroco de Escalona, Pelayo Rodríguez Ramos, el monasterio recibirá en los próximos días a una Comunidad inicial de diez Carmelitas Descalzas que podría llegar a 14 religiosas tras la incorporación de dos nuevas vocaciones y otras dos religiosas de la Orden del Carmelo Descalzo en Perú.

Como explicaban desde la Comunidad de Concepcionistas Franciscanas de Escalona, las Madres Carmelitas que se convertirán en las próximas moradoras del monasterio responden a la observancia tradicional, es decir, a las Constituciones del año 1990, aprobadas por San Juan Pablo II a partir de la revisión de las de 1926.

Una vida austera, basada en la pobreza, el recogimiento y la oración. Caminar descalzas, enclaustradas y absteniéndose de comer carne, firmes en los valores de Santa Teresa de Jesús, son algunas de las normas propias de estas Constituciones.

De esta forma, Escalona no pierde su monasterio y templo de La Encarnación, aunque sí a las responsables del culto y de la devoción a la Purísima Concepción de la Virgen María desde hace más de cinco siglos.

La Orden cede al Arzobispado la propiedad del monasterio

La Orden de la Inmaculada Concepción ha trabajado en los últimos meses para que el Monasterio de la Encarnación no cierre a cal y canto, y al menos, el templo monacal, mantenga el culto habitual y siga abierto para la oración y el recogimiento de los fieles.

En este sentido, como explicaba a este diario Sor Inmaculada Pérez, una de las últimas cinco moradoras de La Encarnación, el Arzobispado se hará cargo de las instalaciones a través de un convenio de cesión del Monasterio y de la Iglesia por un periodo de 25 años con el deseo de que una vez transcurrido este tiempo «¿quién sabe si surgen vocaciones y podemos volver a casa?», comentaba la religiosa no sin emocionarse al decir adiós al que ha sido su hogar, en este caso, durante 49 años.

Asimismo, la hermandad de la Patrona, la Virgen de la Purísima Concepción, espera mantener la iglesia monacal como uno de los escenarios principales de los cultos que celebran cada mes de diciembre.