El concejal de Participación Ciudadana y Empleo, Antonio Guijarro, aseguró ayer que el Ayuntamiento revisará los puntos de la tasa que cobra por el servicio que presta el cuerpo de bomberos en la ciudad de Toledo después de las protestas que han surgido en redes sociales como Facebook por el caso de una madre que ha tenido que pagar noventa euros para que los bomberos ayudaran a su hijo de dos años a que sacara la cabeza que había quedado atrapada entre dos barrotes de hierro en el espacio deportivo del Salto del Caballo.

El concejal aseguró que, como es habitual, se ha aplicado la tasa en función del número de efectivos y los medios que se emplean  en cada actuación. «El objetivo de fijar un precio también tiene carácter disuasorio porque algunas veces los vecinos requieren estos servicios municipales con poco rigor».

No obstante, dijo, este caso concreto se va a valorar para que en la ordenanza quede marcado «con claridad» aquellos supuestos en los que no fuera necesario fijar esa tasa. Así, apuntó que se verá cuando se estudien las ordenanzas fiscales para el próximo año teniendo «muy en cuenta» la opinión de los profesionales que prestan el servicio y también la de los técnicos del Ayuntamiento.  También hizo hincapié en cómo esta decisión no solo depende del equipo de Gobierno «sino que tendrán que participar en la misma todos los grupos que tienen representación en el Ayuntamiento» así como el Consejo Municipal de Asociaciones de Vecinos, que «también analiza las ordenanzas fiscales».  

Ya cuando se implantó esta medida el portavoz del equipo de Gobierno y concejal de Seguridad Ciudadana, Rafael Perezagua, defendió esta tasa al considerar«injusto» pagar a través de los impuestos «los despistes, negligencias y también el abandono de las propiedades» que obligan a actuar para apagar un incendio, para romper una puerta o sanear una cornisa.

También ha insistido en que son las aseguradoras las que asumen este gasto en la mayor parte de los casos.