"Los cambios son solo para los que se atreven"

M.D.
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Asegura este emprendedor que para ser productivos primero hay que tener claro qué es lo que queremos, para qué, cómo y para cuándo. Luego, hay que gestionar el tiempo

Aritz Urresti es Ingeniero Técnico Industrial, experto en Programas de Desarrollo Personal y Profesional y experto en Productividad, conferenciante, emprendedor y CEO de goalboxes. Su primer libro es Las Cajitas del Éxito (Editorial Círculo Rojo). Aritz lleva más de 10 años ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas. Durante este tiempo ha enseñado el método de Las Cajitas a más de 10.000 profesionales y particulares de muy diversos perfiles, sin olvidar a empresas de sectores variados como Seur, Endesa, Toshiba, Movistar o la Fundación A3Media.

¿Cómo surge el Método de Las Cajitas?

Mi experiencia a lo largo de muchos años ha sido la que me ha empujado a crear mi método. A los 23 años mi vida empezó a cambiar. Tuve un accidente de tráfico muy grave y me costó mucho recuperarme.

Mi padre falleció y tuve que ponerme al frente de su empresa en la que él trabajaba tantas horas al día que no hacía vida de familia. Y yo sin darme cuenta seguí con el mismo ritmo de trabajo y estilo de vida. Por distintas razones, conecté con nuevas ideas y empecé a cambiar. Me fui familiarizando con una nueva manera de ver el mundo y comencé y algo así no podía guardarlo solo para mí, debía compartirlo.

A los tres años, me encontraba asumiendo el entrenamiento de personas; así empezó todo. Ahora tengo 42 años y hace cinco que registré mi propia metodología, El Método de las Cajitas©, y fundé mi propia empresa, goalboxes, centrada en ambos aspectos del desarrollo humano: el personal y profesional.

¿En qué consisten realmente las Cajitas?

En la vida tenemos objetivos encaminados a cumplir nuestros sueños o «para qués» pero como estos son muy amplios es necesario desglosarlos en porciones que son los objetivos. Y después, estos, han de desglosarse en acciones reducidas a su mínima expresión: las metas. Aquí es donde aparecen Las Cajitas©: son pequeñas acciones, las particiones de las metas y la herramienta específica de goalboxes enfocada en la acción y la que contiene la clave del éxito.

Dividir en micro acciones la secuencia sueño-objetivo-meta nos asegura una planificación consciente y eficaz. Es más, una acción-cajita puede fallar por un imprevisto o porque no hemos tenido en cuenta alguna parte de su desarrollo, pero eso tiene remedio con una acción de mejora. De este modo, los objetivos se mantienen a salvo.

Una vez establecidas las Cajitas, ¿cómo se consigue poner en marcha su metodología?

A la mente le atraen las cosas complicadas para después poner objeciones y decir que no lo hace. Estamos demasiado adormecidos por las frases grandilocuentes, las abstracciones, la rutina y lo conocido. Así, lo grande nunca termina de llegar a nuestra vida.

Después es necesario cambiar los hábitos, eliminar prejuicios y las barreras mentales que se interpongan entre nosotros y nuestros anhelos. No es fácil cambiar hábitos.

Los cambios no son para todo el mundo. Cambiar es para los que se atreven, para quienes están dispuestos a aprovechar las oportunidades.

En uno de los capítulos de su libro habla sobre lo importante que es tener “la rueda de la vida equilibrada”. ¿A qué se refiere?

La rueda de la vida es una metáfora que invita al individuo a hacerse una fotografía reflexiva de su propia existencia. Al enfocar cada área, le permite caer en la cuenta de su estado actual y definir los aspectos que debe mejorar para alcanzar resultados más satisfactorios.

Ser libre es tener equilibrada la rueda de la vida: la salud, la familia, el ocio, la formación, la parte ético-espiritual y la profesión. Esta última es la encargada de financiar todas las demás, pero no de suplantarlas. Mantener la rueda de la vida equilibrada implica reservar cada día tiempo para el ocio, la familia y las actividades que realmente son importantes.

Dicho de otro modo, el precio de superar desafíos y alcanzar lo que nos motiva jamás debe ser eliminar la satisfacción íntima y personal de tener una vida plena, llena de sentido.

Hay un secreto para ello, y se llama productividad. Tenemos que aprender a ser productivos y saber qué significa serlo.

¿Cómo podemos gestionar nuestro tiempo para ser productivos?

Para ser productivos primero tenemos que tener claro qué queremos, para qué lo queremos, cómo lo queremos y para cuándo. Es necesario concretar. Enfocados a un propósito, aprendemos a gestionar nuestro tiempo con habilidad. Está demostrado, y también que se encuentran más enfocados aquellos que cuentan con mayor motivación.

Ser productivos supone trabajar menos horas y tener más resultados; por tanto, mayor tiempo para dedicarnos al resto de áreas de la vida.

Gestionar el tiempo de manera eficaz exige práctica. Si metas y Cajitas no son idóneas, hay que revisarlas para que encajen mejor con la realidad de cada uno. Cuando son realistas y conscientes, descubrimos dónde tenemos una resistencia, dónde un temor o si se trata de simple pereza.

¿Cómo favorece su método al desarrollo personal y profesional?

Antes de nada, hay que aclarar que el desarrollo personal es la base del desarrollo profesional.

Una profesión no puede garantizar el cambio transformacional, ya que este se produce a raíz de las relaciones con uno mismo y con los demás; lo económico o profesional poco influye, salvo de manera indirecta.

Para que el cambio sea absoluto y si queremos que perdure en el tiempo resulta esencial tener equilibradas todas y cada una de las áreas de nuestra vida.

¿Qué necesita una persona para alcanzar el equilibrio entre el ámbito profesional y personal y tener éxito?

Alcanzar el equilibrio entre el ámbito profesional y personal se traduce en tener calidad de vida.

Éxito es mejorar, es ser capaz de priorizar cualquiera de las áreas de la rueda de la vida, desde la salud a la profesión, pero se requiere ser productivo para ello (no puedes comprar tu libertad si no lo eres), así como un desarrollo personal y profesional, y haber encontrado el motor que impulsa todo ello. Este motor consiste en unos objetivos bien definidos, unos grandes «para qués» que se traduzcan en una motivación poderosa. Solo así se persevera. Solo así es posible estimular la mente y que trabaje a nuestro favor.

Hubo un momento en que comprendí esta verdad esencial: el éxito personal va más allá del éxito económico, y no siempre ambos coinciden. Cuando el éxito económico llega como fin en sí mismo, suele dejar insatisfecha a la persona. En cambio, cuando el éxito llega como consecuencia de haber incorporado nuevas habilidades, de enseñar algo a los demás o porque hemos desarrollado talentos, compensa los esfuerzos. Produce la sensación de estar haciendo algo importante con la propia vida y eleva la autoestima.