La circulación y el cáncer, causa de la mitad de las muertes

A. de la Paz
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Durante 2016, un total de 5.928 toledanos perdió la vida: 3.061 hombres y 2.867 mujeres. La cifra es similar a la de 2015 y superior a la de años precedentes. Los tumores y las dolencias respiratorias afectaron más a los hombres que a las mujeres.

Casi 6.000 personas perdieron la vida en la provincia durante 2016, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) disponibles. La cifra exacta ascendió hasta las 5.928, un registro levemente inferior al de 2015 (5.969), aunque algo más elevado que el de los ejercicios precedentes (entre las 5.400 y las 5.600). Se contabilizaron 194 muertes más de hombres que de mujeres (3.061 frente a 2.867). Las enfermedades del sistema circulatorio fueron la principal causa de mortalidad en Toledo: 1.574 muertes, más de una cuarta parte del total, tuvieron su origen en dolencias relacionadas con los procesos cardíacos y sanguíneos.

Los tumores supusieron la segunda razón más habitual de deceso entre la población toledana. A lo largo de 2016, 1.540 óbitos se debieron a enfermedades cancerígenas. La estadística del INE no desagrega en función del tipo de cáncer, aunque sí certifica su mayor incidencia entre los varones. Casi un millar de los difuntos (990) de la provincia fueron hombres que expiraron por la presencia activa de tumores malignos. La incidencia de estas enfermedades fue mucho más limitada entre ellas. Un total de 550 mujeres pereció por este motivo. Las condiciones de vida más saludables entre la población femenina se intuyen como razón de la diferencia.

También se observa un patrón negativo para el sexo masculino en los fallecimientos relacionados con las enfermedades del sistema respiratorio. Por este conjunto de afecciones fenecieron 877 toledanos, incluyendo 486 hombres y 391 mujeres. El consumo de tabaco, más elevado y frecuente entre ellos en las cohortes de edad más avanzadas, explica por qué mueren más varones que féminas por esta razón. Sin embargo, los hábitos de las generaciones más jóvenes respecto a este producto tan adictivo tienden a igualar el riesgo futuro entre sexos.

Los datos confirman, asimismo, la prevalencia masculina en el capítulo de accidentes de tráfico. En 2016, se perdieron 142 vidas de hombres y 109 de mujeres por diversas causas; entre otras, los suicidios y la carretera. Estas 251 historias segadas por las conocidas como causas externas de mortalidad representan la cifra más alta por este motivo en varios años. Además del repunte en el número de accidentes mortales cabe señalar al cambio metodológico como razón del incremento. El INE explica que antes de 2016 «no recogía los accidentes de tráfico de vehículos sin motor, los accidentes de transporte no especificados como debidos o no a tráfico y las víctimas de accidente de tráfico en las que en el momento del accidente estaban subiendo o bajando del vehículo».

Las mujeres, por su parte, acumulan más decesos relacionados con los trastornos mentales y del comportamiento, resultando significativa la desproporción entre sexos. De los 248 muertos en la provincia por estas dolencias durante 2016,  171 fueron mujeres  y 77 hombres. También son más las mujeres desaparecidas tanto por enfermedades del sistema circulatorio (la primera causa de muerte en Toledo; 863 por 711) como por afecciones del sistema genitourinario (125 óbitos entre las mujeres; 82 los hombres). En las enfermedades vinculadas al sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo y en aquellas que afectan a la piel también hay una incidencia más importante entre ellas, aunque esta brecha por sexo no resulta especialmente importante en ninguno de los dos grupos de dolencias.

En la década presente sólo se ha registrado una muerte relacionada –fue en 2011– con el embarazo, el parto o el puerperio (la cuarentena posterior al parto). Este bajísimo guarismo ejemplifica la seguridad de las madres en los alumbramientos y la mejora en un indicador especialmente negativo hace algunas décadas ante la carencia de una red asistencial universal y gratuita con capilaridad por todo el territorio nacional, también en las áreas rurales o alejadas geográficamente.

Un niño y una niña perdieron la vida en Toledo en 2016 por complicaciones surgidas en el periodo perinatal. El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social define esta etapa como el tiempo que abarca «desde la semana 22 de gestación (154 días) hasta el término de las primeras cuatro semanas de vida neonatal (28 días)». Este dato, doloroso por las circunstancias que concurren en el óbito de un nuevo ser humano, es el más bajo de la década. Desde 2011, 46 bebés, 26 niños y 20 niñas han tenido una vida lamentablemente breve en la provincia.