Su contrato expira en junio de 2018 y no tiene la intención de prorrogarlo, así que, entre lágrimas, asumió sus errores y se despidió tras cinco años en el club, dos como jugador y tres en la secretaría técnica. Sorribas admitió los fallos que se han podido cometer en una campaña "mala", pero cree, aún siendo relevantes, "no explican el descenso". Desde su punto de vista, "entiendo que podíamos haber terminado en el puesto 8 ó 10, pero no bajar", por eso, lamenta profundamente marcharse "en Tercera", en una peor situación que la que había cuando se hizo cargo de la dirección deportiva. Desde su punto de vista, el principal motivo que ha hecho tanto daño al equipo ha sido "el aspecto emocional". Cree que los primeros encuentros de Liga y la eliminación en Copa les metieron "en el efecto perdedor" y eso provocó que los jugadores salieran al campo "pensando que siempre iba a pasar algo para no ganar".