Pedro García Aguado: «Los chavales que se portan mal no son malos, sólo se portan mal»

M.G.
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Al presentador de 'Hermano Mayor' se le conoce por sus logros en el terreno deportivo. Pedro García ha sido uno de los mejores waterpolistas españoles. Alejado del deporte, ahora se dedica a ayudar a jóvenes conflictivos.

Pedro García Aguado: «Los chavales que se portan mal no son malos, sólo se portan mal» - Foto: David Pérez

«La buena suerte depende de uno mismo», suele decir Pedro García, el presentador televisivo. Ydesde hace tiempo está en racha con el programa ‘Hermano Mayor’, que se emitía en Cuatro y puede que pase a la Sexta si termina fructificando la negociación. Pero no siempre tuvo la suerte de su lado aunque creyera que sí durante su etapa deportiva como uno de los mejores waterpolistas españoles, con importantes triunfos mundiales. El éxito también puede dar lugar a sombras, como la que le atrapó y sumió en las drogas durante algún tiempo. Pero la fuerza de voluntad, la terapia y la perseverancia le ayudaron a encontrar otro camino y dejar atrás todo aquello. Una experiencia dolorosa a la que ha dado la vuelta para mostrar el espíritu de superación a los adolescentes conflictivos y a sus familias.

Ayuda a jóvenes con problemas en el programa televisivo ‘Hermano Mayor’ desde hace tiempo. ¿Qué le ha enseñado este formato?

Muchas cosas. Que hay gente que lo está pasando muy mal y familias que no saben cómo solucionar el problema que tienen con alguno de sus hijos. Pero, sobre todo, que en edades muy tempranas comienzan los problemas de aprendizaje y si no se solucionan pueden desembocan en trastornos de conducta También me ha enseñado que los chavales que se portan mal no son malos chavales, sólo se portan mal.

Acumula bastante experiencia en este terreno desde hace tiempo, ¿cree que hay demasiada permisividad en el ámbito familiar?

Hay muchos factores que influyen en que los chavales se comporten mal y que salga el síndrome de los tiranos del bienestar. Uno de ellos es la permisividad, otro la incapacidad de algunos padres para entender cómo son y reaccionan sus hijos ante determinadas situaciones y estímulos y cómo reaccionan estos chicos ante las normas y los límites. Es un cóctel que se mezcla y hay padres que no ejercen su responsabilidad y ser padres es muy bonito pero conlleva un trabajo y un esfuerzo grande.

Hace tiempo se puso de moda aquello de que los padres tienen que ser amigos de los hijos, pero  ya se ha visto que no funciona...

Pienso que puedes tener una buena amistad con tu hijo siendo padre, pero ser padre engloba muchas cosas. Además, el concepto de amistad está confundido porque yo como buen amigo que soy de alguien si veo que algo que está haciendo le hace daño se lo voy a comunicar, no se lo voy a permitir. Yser amigo de mi hijo puede ser también eso, decirle que va por mal camino y orientarle. Además, también hay que ser un padre durante el tiempo en el que nuestros hijos necesiten referentes donde se puedan ver reflejados, pero si los padres somos unos tarambanas incapaces de ponernos normas a nosotros, ¿cómo se las vamos a poner a ellos? Y la amistad con un hijo es para cuando se la gane.

Las cifras de violencia en menores van en aumento desde hace unos años, un problema que alertan ya los jueces de menores.   ¿Qué opina?

Hay que ver a que llaman violencia primero. Es cierto que hay mal comportamiento y mucha frustración por parte de muchos chavales y posiblemente luego degenere en agresividad. Yuno de los puntos claves es la educación. O empezamos a poner sistemas de diagnóstico precoz a diferentes trastornos de aprendizaje o seguiremos con un fracaso escolar de un 30% que, en la mayoría de los casos, lleva a estos chavales a comportarse de esta manera.

Un ejemplo. Un chaval va al instituto o al colegio durante mucho tiempo y en los primeros años si no va bien en el colegio se convierte en un drama y en una sensación de malestar importante para él porque aprende de diferente manera que otros. Ysi se le obliga a ir al colegio y a estudiar de la misma manera que los demás y a sentirse el tonto y el inútil al final en 1º y 2º de la ESO el chaval va a romper todo lo que pueda porque no sabe lo que le pasa, pero sí que es el tonto de la clase. Así que para evitar todo esto habrá que descubrir lo que les pasa a nuestros hijos en edades tempranas. Para mí la agresividad viene provocada por el malestar que produce no ir bien en el colegio, independientemente de las patologías.

Se ha abierto un debate hace tiempo sobre la necesidad de endurecer la Ley del Menor a raíz de algunos casos muy graves y llamativos. ¿Es partidario?

Hay que endurecer la pena a los padres que no ejercen de padres ni educan bien a sus hijos en lugar de endurecer la Ley del Menor. Además, hay que saber leerla e interpretarla. Muchos padres te dicen: ‘¡Mira lo que me ha tocado! ‘Yeso no es así porque ellos tienen, al menos, un 90% de responsabilidad de que los hijos se comporten así, el otro 10% corresponde a la personalidad de cada chaval.

Creo que no hay que denunciar tanto y es mejor buscar soluciones útiles y efectivas que no tengan que ver con la denuncia. Si yo tengo un chaval que se porta mal y que no he sido capaz de hacerme con las riendas le llevo a un centro  especializado con terapeutas para que aprenda habilidades sociales, conciencia moral y otras muchas cosas... Al final, con tanta denuncia vamos a meter a chavales que se comportan mal o no tienen capacidad de autocontrol con delincuentes habituales y esa mezcla no es buena. Yal chaval malcriado no puedes meterlo en la cárcel.

Lo que pasa es que no existen recursos... A mí me llama mucha gente porque no sabe qué hacer con un hijo de 12, 13, 14 años que se les ha ido de las manos. Pero si lo denuncias metes al chaval en un lío tremendo y lo que necesita es una reeducación. Por tanto, lo que hace falta son centros reeducativos porque los de reforma ya están para los violadores, los asesinos, los que trafican con drogas, etc...

Llevo colaborando un tiempo con uno de estos centros reeducativos, ‘Amalgama 7’, en Barcelona, y funciona perfectamente. Además,los chavales salen muy bien al cabo de año y pico, siempre que no tengan una patología añadida.

¿Los conflictos de los jóvenes problemáticos encierran mucha  llamada de atención?

Más que una llamada de atención de forma consciente es un comportamiento. No saben hacerlo de otra manera y están pidiendo que le enseñes a comportarse de otra manera. Ysu forma de gestionar el mundo es con agresividad porque si sienten rabia no van a ir dando abrazos, van dando puñetazos y si no tienen la aceptación de un grupo se sienten muy mal y esa proyección de la emoción es con agresividad, tortas o haciéndose daño a si mismo, incluso. Es muy importante el trabajo que tienen estos chicos por delante.

¿Es difícil hablar de uno mismo durante sus conferencias cuando lo ha pasado muy mal con las drogas?

Más bien es sanador. Cuando lo hago es con sentido del humor. Les digo que entendía la vida de esta manera y eso me llevó a una serie de situaciones de riesgo. No doy charlas moralizadores, pero sí hablo de los valores que aprendí con el deporte y de aquellos que rescaté una vez que me recuperé.

Suele hablarse mucho del alcohol y de las drogas como adicciones, pero tampoco en exceso de otras como internet, las redes sociales y los móviles.

Sí. Pero esas adicciones no químicas vienen provocadas por una mala socialización, por una sensación de autoeficacia negativa en vez de positiva y por autoestima baja y motivan que un chaval se meta detrás de un ordenador. Si miramos bien los amigos de nuestros hijos están en Facebook actualmente, no en la calle. Así que si le quitas el ordenador a tu hijo le estás quitando a sus amigos. No podemos demonizar las nuevas tecnologías, ni el alcohol y las drogas. Se sabe que están ahí, pero es su uso lo que puede traer problemas.

Y el uso de internet también es una cuestión de los padres en algunos chavales porque los niños no podrían hacerse un perfil de Facebook hasta los 14 años, pero aquí en España tienen sus perfiles con 11 años. Además, el problema no es lo que hablen en Facebook porque son tonterías, sino lo escalable que es la información que vuelcan ahí. Pero el uso real de las redes sociales es maravilloso y los chavales viven en una sociedad estupenda y con muchas facilidades que tienen que aprender a valorar.

¿No resulta excesivo el uso del término generación ni-ni?

Puedes tener un ni-ni que ni estudia ni trabaja porque ha terminado de estudiar y no encuentra trabajo. También puede que no estudie ni trabaje porque viene del fracaso escolar y piensa que no vale para nada. Además, de los más de 800.000 jóvenes españoles, realmente ni-ni es un 10%, que tampoco es poco, pero el resto está estudiando, luchando e incluso marchándose al extranjero para encontrar trabajo. A mí me gusta llamarle la generación 2.0 porque son unos cracks con las nuevas tecnologías, aunque nosotros que somos más mayores somos mejores que ellos porque no nacimos con las nuevas tecnologías y nos hemos tenido que amoldar.

Ellos tienen muchas oportunidades y nuevos retos a los que enfrentarse  en los que nosotros no podemos ayudarles. Porque aquellos retos de nuestros padres de estudiar mucho y esforzarse para ser alguien en la vida resultan una mentira y hay que tener cuidado. Sobre lo básico si podemos ayudarles, pero existe una nueva competitividad en las empresas porque teniendo cinco masters tampoco se aseguran un trabajo. Un amigo mío dice en plan broma que si tu padre te dice que estudies ocho o nueve horas para acabar trabajando para alguien, tu padre no te quiere.

¿Tiene nuevos proyectos?

El tema de la televisión está en el aire porque había un problema contractual que no me deja irme a otra cadena sin dar la posibilidad a otras de contraofertar y yo decía que no es una cuestión de dinero, más bien de proyectos. Pero tengo otros al margen de la televisión porque estamos abriendo centros psicopedagógicos para detectar los trastornos de aprendizaje en edades tempranas y también colaboramos con centros que se dedican a ayudar a chavales que tienen trastornos de conducta para que puedan ser insertados en la sociedad y no se les cuelgue la etiqueta de desastres, de conflictivos y de tal. También estamos desarrollando un programa de reeducación para ayudar a los jóvenes que han decidido ir por el lado salvaje de la vida y necesitan que se les meta un poco en vereda.

¿Se ha planteado ayudar a otros colectivos?

Estoy metido en el tema de las adicciones porque pienso que de ellas se puede salir con un buen tratamiento y con un buen sistema siempre que se sigan las pautas y se sea muy estricto con lo que marquen los terapeutas. Lo ideal sería hacer accesible el tratamiento que yo hice a personas que no tengan recursos. Siempre digo que me pude recuperar gracias a un décimo de lotería que le tocó a mi abuelo porque los centros públicos de tratamiento de drogas no son muy buenos y tienen un porcentaje muy bajo de recuperaciones. Y en los privados hay un alto índice de recuperación.

¿Ayudar a los demás es muy bueno, pero se puede convertir también en una adicción?

Soy ayudador profesional y no lo hago por altruismo. Quizá sí porque hay otros trabajos, pero me gano la vida con esto y más que una droga es una forma de vida. Pero sí engancha cuando ves que la gente sale adelante, sobre todo, cuando lo que tú has hecho ayuda a los demás está muy bien. Pero cada uno tiene que aprender a base de darse tortas.

¿Se ha encontrado con algún caso tan complicado que haya sentido mucha impotencia?

La siento cuando hay mucha violencia. Pienso en cómo ayudar a ese chico a que desista de la violencia, cuando en algunos casos, lamentablemente, está justificada por la situación que ha vivido y porque es su mecanismo de defensa. Entonces me siento impotente, pero siempre intento buscar una solución, sobre todo, cuando ves que hay chicos que valen mucho la pena y sus padres lo han hecho lo mejor que han podido -no vamos a juzgarles- pero sabes que dejarles en brazos de esos padres será un lastre para él. Las oportunidades están ahí para todos, pero no todo el mundo puede acceder a ellas.