Inmerso en un proceso electoral que finalizará con la proclamación de su próximo presidente el 18 de julio, el Barcelona ha visto en las últimas horas cómo el independentismo se colaba en la campaña para suscitar una inusual unanimidad de los aspirantes al cargo. La decisión de la UEFA de abrir un expediente sancionador a la entidad ‘culé’ por las numerosas ‘esteladas’ exhibidas por la hinchada azulgrana en la pasada final de la Champions ha provocado un rechazo generalizado de los precandidatos, que acusaron al órgano rector del fútbol europeo de no respetar la libertad de expresión de los aficionados catalanes. Mientras, desde el Gobierno se instaba al club y a los aspirantes a «hacer autocrítica» por lo sucedido.

El más rotundo fue el exmandatario Joan Laporta, que no dudó en apuntar, precisamente, al Ejecutivo español como instigador de la controvertida medida tomada por la UEFA. «Hay actuaciones del Estado que, de manera muy sutil, intentan contrarrestar este movimiento que existe en Cataluña», afirmó el que fuera presidente ‘culé’ durante siete años, que siempre se ha declarado independentista.

«Alguien habrá pedido a la UEFA que lleve a cabo esta acción, pero ésta es una de aquellas acciones que acaban en nada», le secundó, de manera más moderada, Josep Maria Bartomeu, mandatario saliente y máximo rival de Laporta en la carrera por la Presidencia azulgrana.

De hecho, con Laporta como presidente, el conjunto ‘culé’ exhibió sin tapujos su catalanismo. Con Bartomeu, aspirante ahora a la reelección, moderó su militancia, pero no dejó de manifestar su apoyo e incluso de ceder sus instalaciones para celebrar diferentes actos en favor del derecho a decidir y del independentismo.

Mientras, el Barcelona, que podría ser multado con hasta 60.000 euros por las banderas y los cánticos secesionistas, y penalizado con el cierre parcial de alguna zona del Camp Nou en la próxima edición de la Champions, aún no se pronunció oficialmente sobre la decisión de la UEFA. A la espera de conocer a su nuevo presidente el próximo 18 de julio, el club está regido ahora por una junta electoral provisional que, de momento, apenas toma las decisiones estrictamente necesarias para el funcionamiento habitual de la entidad.

También el líder de la ‘Generalitat’, Artur Mas, alzó la voz para pedir «respeto» a «la libertad de opinión y de expresión de mucha gente». «A mí también hay cosas que no me agradan, pero pasan y me aguanto. Y lo que hay que hacer simplemente en las democracias maduras, estables, es respetar la libre expresión de la gente», afirmó el nacionalista.

Por su parte, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, invitó al propio Mas, y al Barcelona a hacer «autocrítica» por lo sucedido. «Aquí solo se está hablando, y es lo que ha recordado una institución internacional como la FIFA, de que el deporte no es el espacio para reivindicaciones políticas», resaltó.