Un nuevo siniestro en el trabajo ha golpeado a la provincia. Un hombre de 59 años y vecino de Valmojado falleció ayer víctima de un accidente laboral en las instalaciones de una empresa de muebles de cocina, donde trabajaba desde hace más de dos décadas. La víctima quedó atrapada entre un elevador que manejaba él mismo y el techo de la nave, que está situada a apenas 200 metros de la A-5, a la altura del kilómetro 44. El fallecido estaba casado con una concejala del Ayuntamiento sagreño, tal y como confirmó ayer a este diario el alcalde, Jesús Agudo. «Estamos entristecidos», apuntó al respecto el regidor.

Los servicios de emergencias atendieron a las 12,44 horas el aviso de un accidente en una empresa de Valmojado. Los médicos sólo pudieron certificar el fallecimiento en un despliegue que incluyó también a la Guardia Civil, la Policía Local y Protección Civil. El dispositivo alcanzó a un helicóptero que, finalmente, no se desplazó hasta el lugar de los hechos porque la víctima murió en el acto.

La empresa, especializada en la fabricación de encimeras, destaca por llevar muchos años radicada en la localidad de Valmojado y contar con alrededor de 70 empleados, la mayoría de este municipio o de pueblos de alrededor, tal y como apuntó también el alcalde de la localidad sagreña.

Este vecino de Valmojado es la décima víctima mortal en accidente de trabajo en lo que va de año dentro de la provincia de Toledo, en la que también se ha elevado «alarmantemente» la tasa de siniestralidad en accidentes graves y que ha llevado a los sindicatos UGT y CCOO a reclamar a las administraciones públicas y a las empresas que se ejecuten una serie de medidas urgentes para evitar la pérdida de vidas en el puesto de trabajo, según detalló al respecto la agencia Europa Press.

En este sentido, el secretario del sindicato UGT Toledo, Alberto Sánchez, recordaba hace menos de tres semanas que la siniestralidad laboral no termina cuando un trabajador pierde la vida en su puesto, «continúa en las familias, en los centros de trabajo y en la sociedad».

Por su parte, su homólogo en COOO, José Luis Arroyo, señalaba que  la alta temporalidad y el «miedo a perder el trabajo» hacen que los trabajadores «desarrollan sus empleos en condiciones de máximo estrés» llegando a arriesgar sus vidas.