Javier Mateo, portavoz de Ganemos Toledo y concejal de Bienestar del Ayuntamiento de Toledo, rechaza rotundamente  la propuesta (verbal) del portavoz del PP, Jesús Labrador, acerca de mantener la proporcionalidad entre el número de concejales logrados en las urnas por cada partido y el número de consejeros que les deben representar en el Consejo de Administración de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV).

Mateo explica que la idea que puso Labrador sobre la mesa de la Junta de Portavoces consiste en incrementar el número total de consejeros: pasar de nueve a trece dando a PSOE y PP dos más de los tres actuales mientras que Ganemos se quedaría con dos y Ciudadanos con uno.

El portavoz de Ganemos ve dos problemas prácticos. El primero que «habría que modificar los Estatutos de la EMV» porque según parece (es imposible encontrar el documento en todas las páginas de transparencia municipal ni en las otras) el tamaño de la empresa limita el número de consejeros.

En segundo lugar recuerda que cuanta más gente se siente en las reuniones regulares de la EMV «más caro saldrá» porque esas personas tienen derecho a cobrar dietas, y esto no casa con la austeridad que predica el PP. Su pregunta es si el problema que le ha surgido a Labrador es que «quiere colocar a alguien» y no le da con los tres puestos que tiene ahora.

Porque al concejal de Ganemos tampoco le cuadra que hace a penas dos semanas el PP municipal ha aprobado sin rechistar la composición de todas las comisiones municipales con exactamente el mismo reparto de concejales que el propuesto ahora para la EMV y lo que entonces dieron el visto bueno ahora ya no les convence.

Por otro lado Mateo considera que de la misma forma que el PP puede reivindicar la proporcionalidad entre concejales y consejeros el bipartito del Gobierno que forman el PSOE y Ganemos quiere preservar la mayoría que les proporciona el pacto. Como esta regla se mantiene con el actual sistema y con el que ha propuesto Labrador no entiende qué necesidad hay de crear la polémica ni de promover unos cambios que en realidad son inútiles, salvo que la única intención sea dejar claro el tamaño del respaldo electoral que ha obtenido cada uno.

Por cierto, la historia se repite. Cuando se creó la EMVen 1993 el portavoz del PP, Agustín Conde, también protestó por la misma razón.