A puerta cerrada con la Policía dentro del parque y la Guardia Civil fuera del recinto, operarios del servicio municipal de obras proceden a quitar la simbología franquista del emblematico monumento del parque Joaquín Acacio.
La orden ha sido dada por el alcalde, Alberto González, según ha dicho a La Tribuna el responsable del servicio municipal.
Uno de los representantes de la Asociación en defensa del monólito del parque está presente en las labores, y también el hijo del que fuera alcalde de la ciudad en la época franquista, Francisco Jiménez de Córdoba.
A primera hora los trabajos transcurrían con normalidad, si bien, a las puertas cerradas del parque había vecinos reprendiendo la actuación de la que dicen, "mal llamada Ley de Memoria Histórica que en uno de sus apartados iniciales reseña el no ocasionar desencuentros entre unos y otros cosa que están provocando quienes hoy aquí la aplican", dijo uno de los testigos presentes en la calle al ser imposible acceder al parque porque las puertas permanecen cerradas.
La Tribuna pasó por uno de los laterales que está roto y la Policía dejó hacer las fotos necesarias tomando nota del nombre de la persona.