El secretario general de CCOO en la región asume que también él era de los que pensaban que la pobreza era algo alejado de la realidad hasta que año tras año van saliendo los informes que muestran que un 34% de la población castellano-manchega está en riesgo y cuando dentro de este porcentaje hay gente con empleo, los que ya se denominan trabajadores pobres, y pensionistas.

«Es necesario cambiar las cosas», alertó esta mañana coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, «vamos por la senda de parecernos a países que tienen inmensas bolsas de pobreza y que no son competitivos».

De la Rosa puso el foco en los empresarios. «No quiero dejar fuera de la foto a los que siempre están ausentes», ironizó. Y es que no le entra en la cabeza que el nivel de pobreza baje tan poco en la región cuando en los últimos años ha sido una de las que más ha crecido económicamente. «No se entiende que haya más riqueza y que tengamos una bolsa de pobreza que aglutina un tercio de la población», lamentó.

El responsable en la región de CCOO admite que las empresas castellano-manchegas no son las que tienen más pulmón del país, pero «no son deficitarias, están ganando dinero». De hecho comentó que se han perdido entre dos y tres puntos de redistribución de la riqueza entre capital y trabajo. Añadió que hay casos en los que un empresario gana más dinero, pero paga menos impuestos que el trabajador que tiene a su cargo.

En este contexto critica que haya empresarios y políticos que cuestionan la subida del salario mínimo acordada entre el Gobierno central y Podemos. Para De la Rosa «un salario mayor hace que se aumente la productividad media» y solo hay que fijarse en los siete países de la UE que están por delante de España en salario mínimo. «Son más competitivos, su renta per capita es más elevada y su economía no está hundida», expuso.

Avisó de que en Castilla-La Mancha más de la mitad de los trabajadores no llegan a los 17.000 euros al año y que en el caso de las mujeres, no superan los 15.000. Le suma que desde la última reforma laboral «el contrato más habitual es el de tiempo parcial» y que eso se nota en los ingresos familiares, las cotizaciones y el consumo.