Un aeropuerto para Madrid en tierras toledanas

Redacción
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La ampliación del aeródromo de Casarrubios toma forma con un proyecto entre Madrid y CLM. El director del aeródromo de Casarrubios celebra que el proyecto haya conseguido aunar los intereses de ambas comunidades porque «era la propuesta original"

Parece que los astros por fin se conjuran para que el proyecto de creación de un aeropuerto al Sur de Madrid que complemente a Barajas empiece a arrancar los motores. Los impulsores del proyecto, que supondría la ampliación del aeródromo de Casarrubios del Monte y afectaría también a terrenos de la Comunidad de Madrid en el término municipal de El Álamo, están a la espera de que Aviación Civil de su visto bueno al proyecto para iniciar los trámites ante Medio Ambiente, Confederación Hidrográfica y demás administraciones que permitan elevar el vuelo de esta iniciativa empresarial que, como apunta el director del aeródromo de Casarrubios -que forma parte del grupo de empresarios que están trabajando en esta iniciativa-, Ignacio Elduayen, «no somos unos iluminados que vengamos de fuera, somos gente que sabemos de esto y que vamos con un proyecto serio y viable». 

Apunta en este sentido Elduayen que el actual proyecto, que chocó con el intento de instalación de un aeródromo en El Álamo, es «lo que veníamos defendiendo desde hace años». Porque  el objetivo era llegar a un acuerdo entre ambas comunidades autónomas para «crear una sola infraestructura». «Esa era la propuesta originaria y viable, llegar a un acuerdo para crear una sola infraestructura».

Y así parece que está siendo porque reconoce el director del aeródromo de Casarrubios que «no solo hay un conjunto de empresarios que vamos a una sino que la parte política también está de nuestro lado».

El director del aeródromo ya advertía una buena sintonía entre los responsables políticos de Madrid y Castilla-La Mancha tras las elecciones autonómicas de 2015.  «Creo que el cambio va a ser a mejor. En el momento en que tengan todo más claro, las cosas las van a hacer con más lógica y de otra manera», analizaba hace tres años Elduayen casi como augurando el éxito del proyecto. 

El proyecto consistiría en una primera fase en el desarrollo de una nueva pista, paralela a la existente y que seguirá operando, de tres kilómetros con la infraestructura que requiere este tipo de instalaciones como torres de control, sistemas ILS, hangares, zonas de repostaje, áreas logísticas e incluso accesos por carretera, que permita el vuelo de aviones de pasajeros. «Esto permitirá desahogar Barajas en caso de saturación pero también si se ven en la obligación de cerrar el aeropuerto por incidencias como un accidente y que ahora se ven obligados a llevar a Valencia».

Y defiende Elduayen que la ampliación de Casarrubios es «perfectamente compatible con la distribución del tráfico aéreo en la zona centro de España».

Respecto a la afección medioambiental, señala Elduayen que en estos momentos están a la espera del visto bueno de Aviación Aérea para seguir los trámites administrativos, «lo más largo del proyecto», y que el estudio incluye un informe sobre la huella sónica que consideran no tiene porqué presentar problemas. 

El director del aeródromo de Casarrrubios apunta además que el desarrollo de este proyecto supondrá «un beneficio para la zona» en materia turística. No en vano, avanza que en fase posteriores el plan de desarrollo incluye la creación de infraestructuras hoteleras y de servicios como medios de transporte de los pasajeros hasta Madrid.

En cuanto al empleo, señala Elduayen que se calcula la creación de 5.000 puestos directos y unos 20.000 indirectos cuando el proyecto esté plenamente desarrollado.

Elduayen afirma que tanto el Ayuntamiento de Casarrubios como el de El Álamo, cuyos terrenos serán los afectados por esta nueva infraestructura, son conocedores de los beneficios que podrán obtener porque, puntualiza «aquí no hay mar para atraer el turismo, y por eso hemos de aprovechar el aire».

Apunta además que en 2030 se prevé una saturación del aeropuerto de Barajas «y este va a suponer un importante desahogo».

«Es un proyecto sostenible, impulsado por profesionales del sector y que ha recibido el OK a sus estudios económicos tanto de la Comunidad de Madrid como de la de Castilla-La Mancha», defiende Elduayen que subraya que «no solo hay una viabilidad económica sino también una capacidad intelectual que avala el futuro del proyecto».