Los bomberos salvan a una mujer del río y a un policía

M. García
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La víctima cayó desde el Puente de Azarquiel, quedó inconsciente y boca arriba. Un agente nacional intentó auxiliarla, pero la corriente también lo impidió.

Un suceso con mejor final del previsto en principio. Los bomberos lograron salvar a una mujer de nacionalidad rumana, de 35 años, que cayó ayer por la mañana al río Tajo desde el Puente de Azarquiel gracias a la pericia tanto de la Policía Nacional, Local y del cuerpo de Bomberos porque el rescate se complicó más de lo esperado.

Poco antes de la una de la tarde la Policía Local recibió un aviso. Una mujer se había caído desde el Puente de Azarquiel, se había quedado insconciente y flotaba boca arriba. Así lo comunicó un padre que paseaba por la zona en aquellos momentos junto a su hijo y escuchó de pronto el golpe fuerte de la mujer al entrar en contacto con el agua. Instantes después, agentes de la Policía Local y de la Nacional se desplazaron para atender el aviso, que también llegó al parque de bomberos.

En este caso, la experiencia de uno de los agentes de la Policía Local fue clave para el rescate. En lugar de personarse en el Puente de Azarquiel, la zona de la caída, circularon por caminos  y llegaron a las cercanías del Puente de Alcántara, puesto que era previsible que las corrientes arrastraran hasta allí a la mujer inconsciente. Los primeros en llegar fueron los policías locales, pero poco después también llegaron agentes  de la Policía Nacional. Según ha podido conocer La Tribuna, uno de estos últimos policías se quitó el cinturón, aunque no las botas, cogió un flotador que llevaba en el vehículo y se tiró al agua una vez que localizaron a la mujer flotando río abajo. Si bien, fue el primero que consiguió agarrarla, ya que los bomberos se encontraban de camino, pero no pudo sacarla del río porque la corriente también comenzó a arrastrarle a él.

Además, durante este improvisado salvamento, el policía que actuó para evitar que la mujer continuara flotando en el Tajo tuvo dificultades porque la víctima comenzó a moverse algo, con lo que también se complicó el salvamento. Si bien, instantes después llegaron los bomberos, vestidos ya con el traje de neopreno, y dos de ellos se tiraron al Tajo para rescatar al policía y a la mujer herida y los sacaron de inmediato.

Los policías elogiaron el gesto de este agente, pero durante su intento de rescate temieron por su salud, ya que la corriente comenzó también a arrastrarle. Tras esta compleja operación de salvamento, los servicios sanitarios trasladaron a esta mujer de nacionalidad rumana al Hospital Virgen de la Salud.