Fluir del agua como metáfora del tiempo

Adolfo de Mingo Lorente
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La triple propuesta escultórica de Cristina Iglesias conecta diferentes espacios de la ciudad en torno a esta idea

Fluir del agua como metáfora del tiempo

Otra de las propuestas contemporáneas instaladas en la ciudad en 2014, en esta ocasión con carácter permanente, es el proyecto Tres Aguas, una triple instalación escultórica de la artista donostiarra Cristina Iglesias. Discurre por tres puntos muy diferentes de la geografía toledana -las instalaciones industriales de la Fábrica de Armas, la plaza del Ayuntamiento y el convento de Santa Clara- y supone una reflexión sobre el constante fluir del agua como metáfora del tiempo. La instalación de estas tres esculturas ha sido gestada por la fundación británica Artangel y asumida por El Greco 2014.

El primero de estos tres jalones es la Torre del agua, adecuación de una estructura neomudéjar incorporada a comienzos del siglo XX a la antigua Fábrica de Armas de la ciudad. Cristina Iglesias diseñó un lecho acuático para el interior de este pequeño edificio que, una vez inundado, permite al espectador sumirse en la contemplación de sus fondos y reflejos, así como ascender hasta un mirador desde donde contemplar el casco histórico de la ciudad.

La ruta prosigue en la  plaza del Ayuntamiento, en donde un «dramático corte» realizado entre el edificio del Consistorio y los pies de la Catedral introduce «un ritmo y sentido del tiempo diferentes» a los de los edificios que simbolizan el poder civil y religioso de la ciudad. Este longitudinal espacio se inunda y vacía periódicamente. «¿A qué aluden las superficies de esta profunda fontana verde?», se pregunta retóricamente la escultora. «¿Un palimpsesto en el que la naturaleza escribe y reescribe o los restos de una cultura lejana?».

El proyecto Tres Aguas finaliza en el interior del convento de Santa Clara, un enorme conjunto medieval del siglo XIV situado en una de las cotas más elevadas de la ciudad. En una de sus estancias, pequeña y aislada, «reflexivo contrapunto» con respecto al estanque al aire libre de la plaza del Ayuntamiento, el agua vuelve a fluir y a drenarse, dando continuidad a la metáfora propuesta por su autora.