Nuevos aires de apertura se respiran en China, no solo a nivel político sino también religioso. En este sentido, el Vaticano cerró ayer un acuerdo «provisional» con el Gobierno de Xi Jinping para definir una hoja de ruta en la cuestión de designación de obispos, uno de los principales conflictos históricos entre ambas partes.
Según la Santa Sede, la alianza es fruto de una reunión en Pekín entre el subsecretario para las Relaciones con los Estados, Monseñor Antoine Camilleri, y el viceministro de asuntos exteriores de la República Popular China, Wang Chao, que tuvo lugar ayer en el marco de las negociaciones entre ambas dos partes para solventar la cuestión de los nombramientos a nivel episcopal.
«El acuerdo provisional antes mencionado, que es el resultado de un gradual y recíproco acercamiento, vino estipulado después de un largo proceso de negociaciones ponderadas y prevé evaluaciones periódicas de su implementación», informó el Vaticano.
«Se trata de la nominación de los obispos, una cuestión de gran importancia para la vida de la Iglesia que crea, además, las condiciones para una colaboración bilateral más amplia. Desde la llegada al poder de los comunistas, que expulsaron al nuncio apostólico, China únicamente ha permitido el culto católico por medio de la Asociación Patriótica Comunista, un departamento leal al Gobierno que rechaza la autoridad de la Santa Sede.
El portavoz del Vaticano Greg Burke señaló que el objetivo de la firma es «pastoral» para permitir a los fieles tener obispos que están en comunión con Roma pero, al mismo tiempo, que sean reconocidos por las autoridades del país comunista», declaró.
Además reiteró el carácter no definitivo del mismo por el momento. «Este no es el final del proceso. Es el inicio y está basado en el diálogo y la escucha paciente por las dos partes, aún cuando los principales actores venían de posiciones muy distintas», valoró.
El tratado ya ha tenido sus primeras consecuencias. El Santo Padre decidió readmitir a la plena comunión eclesial a los Obispos ordenados sin mandato pontificio. Se trata de los monseñores Giuseppe Guo Jincai, Giuseppe Huang Bingzhang, Paolo Lei Shiyin, Giuseppe Liu Xinhong, Giuseppe Ma Yinglin, Giuseppe Yue Fusheng, Vincenzo Zhan Silu y Antonio Tu Shihua, O.F.M. (fallecido el 4 de enero de 2017, quien antes de morir había manifestado su deseo de ser reconciliado con Roma).
Con esta decisión, Francisco desea que «pueda iniciarse un nuevo recorrido, que permita superar las heridas del pasado realizando la plena comunión de todos los católicos chinos». El Vaticano no ha especificado la modalidad en que se designarán los obispos cuando entre en vigor el concierto, si bien transcendió que será el Papa quien tenga la última palabra.