Pablo Alcolea ha tenido que intervenir en muchas ocasiones para evitar goles del CDToledo. Ha sacado su mano o su pie para dar puntos a su equipo. Pero su mejor intervención siempre será la del pasado sábado, cuando su compañero Lassad se derrumbó en pleno entrenamiento. Gracias a sus conocimientos de enfermería, fue el primero en atender al jugador franco-tunecino, junto a David, el fisioterapeuta, una actuación que se considera fundamental para mantener al delantero con vida. «Estábamos realizando un ejercicio, y casi ya terminando, cuando en una jugada en la parte izquierda del campo oigo que los compañeros empiezan a gritar que Lassad se ha desplomado», comenta el guardameta maño, que vio que algo no iba bien porque no había chocado con nadie y había caído él solo al césped. «Acudimos rápidamente y comprobamos que no reaccionaba», añade. Desde su punto de vista, en un primer momento pensaban que podría tratarse «de un ataque epiléptico», pero al ponerle de lado no respiraba.