Buenos Jornaleros en época de sequía

J.M.
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Una cuadrilla profesional procedente de un pueblo de la provincia de Jaén recoge unos 24.000 kilos de uvas al día en una campaña con escasez de vendimiadores

Manuela cumplió el pasado jueves 54 años y al día siguiente capitaneaba como manijera a una cuadrilla de jornaleros de Jódar (Jaén) en Quintanar de la Orden. En total, integran el equipo 10 temporeros que se mueven exquisitamente en la alfombra de vides de Isidoro Vela, que ha encontrado en estas dos familias a unos trabajadores impecables. Llevan cinco años recogiendo la uva en su propiedad y aún se asombra de la capacidad de llevar las espuertas de unos 30 kilos a la cabeza para la descarga en el remolque.

«Vienen a destajo», dice este agricultor de Quintanar de la Orden para explicar que el equipo de temporeros cobrará en función de la cantidad que echen al vehículo. Probablemente llenen tres al día, a razón de 8.000 kilos por cada remolque.

«Este año es difícil, muy difícil encontrar a gente», apunta Isidoro para confirmar la preocupación anunciada por el sector para localizar a jornaleros para la vendimia. Porque hace mucho tiempo que los estudiantes no quieren saber nada y no llegan tampoco extranjeros para completar la campaña. Pero en Jódar, no. Buena parte de los 12.000 habitantes se ganan la vida en el campo a sueldo. Juan y Juanma, padre e hijo, trabajan juntos en la división de cinco parejas que hace la cuadrilla para aligerar el trabajo. Con unas tijeras y protegidos por guantes, despluman una vid en un santiamén; con apenas dos o tres, llenan ya una espuerta. Y a por la siguiente. Sin descanso y con un sol veraniego, pero prefieren iniciar la jornada más bien tarde, hacia las ocho de la mañana. La destreza se explica porque viven de las campañas; ahora, la vendimia, luego la aceituna o el espárrago.

la comida, la clave. La vendimia supone un desafío para la fortaleza de los riñones y de las propias fuerzas. Y la cuadrilla lo sabe. Hacia la una del mediodía, Manuela se dirige a la furgoneta a preparar la comida. Antes, el equipo había desayunado fuerte. Y había parado también para almorzar contundentemente. Durante los días de campaña, el equipo ha de permanecer unido, tal y como recuerda Manuela.

Los vendimiadores, que se ven a decenas estos días en La Mancha, hacen posible iniciar un proceso que acabará a la postre en la mesa de cualquier casa o restaurante. Posiblemente, el vino de la Denominación de Origen de La Mancha que uno tome más adelante fuera recogido por una cuadrilla de temporeros de Jódar que sabe muy bien cómo hacer su trabajo.