La Policía busca a una joven de 27 años, desaparecida en Toledo el pasado lunes

J. Monroy | TOLEDO
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La joven lleva gafas y un aparato para la sordera de un oído. La familia pide la ayuda de quien pueda ayudar a encontrarla

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Los familiares de una joven de 27 años denunciaron ante la Policía Nacional su desaparición en Toledo capital. Según anuncian fuentes cercanas a la familia en las redes sociales, la chica fue vista por última vez el pasado lunes, sobre las tres y media de la tarde, en el barrio del Polígono. No obstante, la Policía Local de Madridejos indica que se tienen indicios de que se podría haber dirigido a este municipio, sin descargar tampoco otras opciones. La misma ha hecho públicos dos teléfonos a los que comunicar cualquier ayuda. Son el 925467007 y el 696907446. Mientras tanto, Delegación de Gobierno ha confirmado que la Policía Nacional también está investigando las posibles causas de la desaparición.

Los familiares y amigos también pide colaboración y han comenzado una campaña en las redes sociales para tratar de conseguir ayudas. Marta tiene gafas y un aparato en el oído para poder escuchar bien.

La propia joven dejó el pasado lunes un mensaje enigmático en su muro de facebook en el que parece despedirse de la red social y a quienes se preocupan por ella, y termina con un «adiós a todo».

Hay que tener en cuenta, ha explicado la Policía Nacional en Toledo en diversas ocasiones, que son muchas las personas que desaparecen durante unos días, sobre todo jóvenes, y en fin de semana, pero pocas las que realmente transcienden. Para empezar, la gran mayoría de los desaparecidos acaba apareciendo a los pocos días. En ocasiones, como el caso de un joven gallego afincado en Toledo al que se buscó hace un mes, pueden estar de fiesta y no avisar a la familia, y terminar por aparecer.

Sólo en ciertos casos preocupantes la Policía y la familia piden la ayuda de los toledanos y los medios de comunicación. Es el caso de los dos hombres de mediana edad, que desaparecieron en Toledo el pasado mes de enero y aparecieron ahogados en el río Tajo el mismo día. En ambos casos, se sospechaba que pudieran estar allí por declaraciones de los familiares o los antecedentes psicológicos.